JOHANESBURGO, Sudáfrica. Nelson Mandela dio una valiente batalla desde su “lecho de muerte”, habían dicho ayer sus familiares en una entrevista a la South African Broadcasting Corporation.

 

Luego de que Madiba, como era llamado cariñosamente, fuera internado durante casi seis meses en un hospital de Pretoria por una infección pulmonar recurrente la presidencia sudafricana monitoreó consistentemente su estado de salud reportándolo como “crítico pero estable”.

 

El mes pasado, la ex esposa de Mandela, Winnie Madikizela-Mandela, fue citada diciendo que él ya no estaba hablando “debido a todos los tubos en su boca para despejar (líquido de) los pulmones”.

 

En los últimos tres años, el primer presidente negro de Sudáfrica había sufrido en varias ocasiones problemas pulmonares y fue hospitalizado al menos cuatro veces por esa razón.

 

Desde que fue internado, en junio de 2013, el conflicto entre los familiares llegó hasta a los tribunales por la ubicación del mausoleo del ex mandatario sudafricano.

 

Por lo que la corte de Sudáfrica ordenó al nieto de Mandela regresar los cuerpos de los hijos del ex presidente a Qunu, lugar en el que pasó su infancia.

 

Durante ese tiempo, Madiba, cumplió los 95 años en el hospital, al que las Naciones Unidas rindieron un homenaje al “gigante de nuestros tiempos” que pasará a la historia como un “incansable luchador” por la libertad y un icono de justicia y igualdad.

 

A la celebración, se sumó la Cámara de Senadores luego de que la ONU declarara el 18 de julio, como el Día Internacional de Mandela.

 

El 1 de septiembre y luego de tres meses de estar internado, Nelson Mandela, salió del hospital para recibir cuidados en su hogar, en Johannesburgo.