Sin formar una sola fuerza y por separado, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) sitiaron ayer las inmediaciones del Senado de la República en rechazo a la reforma energética que hoy iniciará su discusión en el recinto legislativo.

 

Sin embargo, a diferencia de otras protestas similares, después de nueve horas levantaron el cerco y se retiraron, con la promesa de volver a instalarse esta mañana.

 

Ayer, a las 10 de la mañana, el magisterio disidente marchó desde el Monumento a la Revolución y minutos después los simpatizantes de Morena se sumaron por la avenida Insurgentes para cercar los alrededores del Senado. La consigna: “manifestarse para frenar la llamada reforma privatizadora de Pemex”.

 

Más de un centenar de maestros se apostaron en la parte frontal de la sede legislativa. Detuvieron la circulación de uno de los carriles de Paseo de la Reforma y lanzaron consignas contra los senadores que planeaban el dictamen de la reforma.

 

Mientras que más de dos mil simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador, quien se encuentra hospitalizado tras sufrir un infarto al corazón, llegaron poco a poco hasta colocarse en cinco puntos estratégicos cubiertos por vallas y granaderos de la Policía Federal.

 

Algunos hicieron una cadena humana, otros instalaron carpas pequeñas y muchos más llevaron sillas para resistir el cerco que se estableció de manera indefinida.

 

Durante el transcurso del día, arribaron más militantes de Morena. Aunque cubrieron negocios y edificios aledaños al Senado de la República, la orden para la movilización en defensa de Pemex fue “cero confrontaciones y nada de bloqueos de avenidas y calles”.

 

“Estaremos aquí los días que sean necesarios”, dijo el presidente del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, Martí Batres, quien dio por iniciados los cercos justo a las 10:30 horas de la mañana.

 

Desde el martes, la Policía Federal dispuso a mil 500 elementos de la corporación para resguardar el recinto, además la seguridad se reforzó con 300 policías del Distrito Federal, en su mayoría granaderos, para evitar disturbios.

 

Sin embargo, para los líderes de Morena, la movilización fue pactada como pacífica. Aun así, las consignas se extendieron por las dos principales avenidas del Distrito Federal y los gritos en repudio no cesaron contra los senadores que impulsan la reforma energética y contra el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, quien también propone cambios constitucionales a los artículos 27 y 28, que para la organización civil, significa la privatización del sector energético del país.

 

Los moneros, como el Fisgón y Rapé, aprovecharon las vallas que instaló la Policía Federal como lienzos para pintar ratas y la frase “vende patrias”. Además, los simpatizantes de Morena también pintaron consignas y colgaron carteles con frases alusivas a la defensa del petróleo.

 

Pasada la tarde, algunos militantes de Morena instalaron campamentos para hacer guardias durante la noche ya que se espera una discusión larga por la reforma energética.

 

Producción compartida genera riesgos políticos

La aprobación de una reforma energética con contratos de producción compartida generará riesgos políticos, porque es un tema álgido para la izquierda mexicana, advirtió Gabriela Siller Pagaza, directora de análisis económico y financiero de Banco Base.

 

“Desde el punto de vista económico será mejor una reforma energética una producción compartida, pero desde el punto de vista político generará más riesgos”, dijo la analista en conferencia.

 

“La producción compartida es un punto bastante álgido generará riegos político y entre los pros y contras dependerá como reaccionen los partidos políticos y ahí si no te puedo decir nada, porque no soy politóloga”, comentó.

 

“El riesgo político todavía no llega en las noticias internacionales y no se ve reflejado en el mercado cambiario ni en las tasas de interés”, expuso la analista.

 

El pasado lunes 3 de diciembre de 2013, cuando anunciaron el cerco en el Senado, el peso se apreció y sigue el optimismo que se tiene en la reforma energética, aclaró la especialista.

 

“A nivel internacional los inversionistas no están viendo un mayor riesgo, a pesar de lo que se está viviendo en México”, dijo Siller Pagaza.

 

Según la economista, la propuesta de reforma energética presentada por Enrique Peña Nieto en el mes de agosto decepcionó a los inversionistas internacionales, ya que esperaban cambios más ambiciosos.

 

“Los contratos de producción compartida la permitirán a las petroleras registrar como activos suyos el petróleo o las reservas como suyas, con lo cual podrán solicitar un financiamiento a la banca comercial”, explicó.

 

Agregó que una vez aprobados los cambios al sector energético habrá un crecimiento de 0.5% anualmente, incluso el producto interno bruto (PIB) puede irse incrementando en la medida de que se genere mayor capital productivo.