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BERLÍN. Uruguay y Chile son los países de América Latina percibidos como más transparentes y con menores niveles de corrupción, en contraposición a lo que ocurre en Venezuela y Paraguay, que son vistos entre la lista de los más corruptos, mientras que México ocupa el lugar el lugar 106 de 177 naciones, según el informe anual de la ONG alemana Transparencia Internacional (TI).

 

La desigualdad, el crimen organizado y el desgaste de las instituciones son los motores de la corrupción en América Latina, según Alejandro Salas, director para las Américas de Transparencia Internacional, que publica este índice de Percepción de la Corrupción (CPI).

 

El estudio ofrece un ranking global en el que constata la percepción de la corrupción en cada país donde Guatemala, Panamá, República Dominicana y Honduras sufrieron las caídas más fuertes.

 

“Lo que más llama la atención es la tendencia de los países de Centroamérica a caer en el índice. Nuestra lectura es que los países que están más expuestos a la violencia y el crimen organizado son muy vulnerables”, explica Salas, un investigador mexicano.

 

Venezuela sigue siendo uno de los países en el mundo donde más se percibe la corrupción (puesto número 160 de 177), seguido por Paraguay (150), Honduras (140) o Guatemala (123). En el otro extremo, Uruguay (19) es, junto con Chile (22), los países latinoamericanos con mejor nota.

 

En el caso de Venezuela “hay un desgaste fuerte de las instituciones, pero el motivo es diferente”, según Salas, que lo atribuye al “control tan fuerte que tiene el ejecutivo, en este caso, el presidente, sobre otros poderes del Estado”, como la Justicia o las autoridades electorales.

 

En el índice que se construye en una escala que va de 0, donde la percepción de corrupción es más alta, a 100, donde la percepción de corrupción es menor. Perdieron puestos en la lista tanto Brasil (del 69 al 72) como Argentina (102 al 106) y México (105 al 106), aunque los tres mantienen un puntaje casi igual que el del año pasado.

 

“Siguen estancados, lo cual no es un triunfo”, analizó Salas. “Son países del G20 y que aspiran a ser del club de los grandes, pero tienen resultados muy pobres en buen gobierno, índices de educación y corrupción“, agregó.

 

Aunque sólo cae un punto, Brasil no debería estar contento con su puntuación. No es suficiente con tener poderío económico si no puedes dar ejemplo con buen gobierno”, explica el investigador.

 

A pesar de este panorama, Salas confía en que América Latina siga avanzando en esta lucha.

 

“La región ha demostrado mucha estabilidad: hay crecimiento económico, hay elecciones de manera regular, hay cambio de partidos en los gobiernos. La economía y la democracia electoral caminan bien”, asegura, y apuesta por la “democracia de todos los días” para hacer frente a la corrupción.

 

En cuanto a las grandes potencias económicas, Estados Unidos con 73 puntos permanece estático en el puesto 19, al igual que China (80), con 40 puntos. Japón, con una calificación de 74 unidades, cede una posición y se ubica en el 18.

 

En tanto Somalia, Corea del Norte y Afganistán son percibidos como los países más corruptos del mundo sumando ocho puntos, y Dinamarca y Nueva Zelanda como los más transparentes, estos últimos lograron 91 puntos.

 

TI aprovecha el lanzamiento de su índice más conocido que se elabora desde 1995 para incidir en sus propuestas e instar a la comunidad internacional a una acción coordinada contra los delitos económicos, especialmente el lavado de dinero. Agencias