Rusia liberó el viernes al último de 30 activistas de Greenpeace que detuvo durante una protesta en aguas del Ártico.

 

El australiano Colin Russell salió de la cárcel después de serle concedida la libertad bajo fianza de 2 millones de rublos (61.500 dólares) en una audiencia de apelación.

 

Russell fue el primero en comparecer la semana pasada y se le negó la fianza. Los 29 restantes quedaron en libertad.

 

Los 30 todavía deben responder a cargos de vandalismo, que conlleva una pena máxima de siete años. Fueron arrestados cuando algunos de los activistas intentaron subir a una plataforma de la empresa estatal Gazprom.

 

No estaba claro si se permitiría a los extranjeros salir de Rusia antes del juicio.