La Iglesia Católica ha donado, hasta ahora, unos 78 millones de dólares como ayuda humanitaria a Siria, golpeada desde hace meses por una guerra civil.

 

Según reveló el cardenal Robert Sarah, presidente del Pontificio Consejo “Cor Unum” (organismo dedicado a gestionar las labores de caridad del Papa en todas partes del mundo), el conflicto ya dejó 100 mil muertos y millones de desplazados.

 

El aporte económico se ha enfocado a sectores como la asistencia sanitaria, la educación, la ayuda a ancianos y en programas de alimentación.

 

Las ayudas han sido canalizadas a unas 20 ciudades sirias y a países fronterizos como Líbano, Jordania, Turquía, Chipre, Egipto, Armenia e Irak, mediante el trabajo de 62 organizaciones humanitarias.

 

“Según nuestras informaciones, en total, son más de dos millones los sirios refugiados, de los cuales más de 800 mil se encuentran en Líbano, 515 mil en Jordania, (y) 460 mil en Turquía”, indicó el purpurado.

 

“Entre estos, debemos constatar con gran preocupación y dolor que cerca del 52 por ciento está compuesto por niños por abajo de los 17 años. Pero también dentro de Siria hay cuatro millones de desplazados”, apuntó.

 

Sarah recordó que el Papa Francisco ha dicho que ayudar a las poblaciones sirias, más allá de las pertenencias étnicas y religiosas, es el modo más directo para ofrecer una contribución a la pacificación y edificación de una sociedad abierta.

 

Adelantó que él mismo, junto al secretario del Pontificio Consejo “Cor Unum”, Giampietro Dal Toso, realizará una visita a Líbano del 4 al 8 de diciembre próximo para poner en marcha una misión sanitaria destinada a los niños sirios.

 

Se trata de una iniciativa que involucrará a médicos del hospital Niño Jesús de Roma, propiedad del Vaticano, que atenderán a unos cuatro mil infantes en la región de Bekaa.