Ya empezamos hace un rato y no terminaremos hasta mediados de enero: ¿quién será elegido futbolista del año 2013? Pregunta que, hasta antes de la ya longeva rivalidad Lionel Messi-Cristiano Ronaldo, había tenido menor relevancia.

No recuerdo yo en 2002 semejante polarización para ver si Ronaldo o Zinedine Zidane, ni en 2004 si Ronaldinho o Thierry Henry, ni en 1994 si Romario o Hristo Soitchkov. Tanto el Balón de Oro como el FIFA World Player of the Year, desde hace cuatro años unificados, eran importantísimos adornos individuales a una carrera en un deporte colectivo, mas nunca objeto de tan airados debates.

 

Entendamos que futbolistas que no eran los mejores en ese momento fueron erigidos sin que pasara algo grave, salvo gran incredulidad y poco más; Matthias Sammer en 1996, Michael Owen en 2001, Andriy Shevchenko en 2004… Casi, lo mismo daba.

 

Esto es polémica reciente y obedece a varias razones. Primero, que dos futbolistas destacan tan marcadamente por encima del resto. Segundo, que su hegemonía ya duró. Tercero, que tienen estilos tan diferentes. Cuarto, que lo hacen en dos clubes que han convertido su clásico nacional en clásico mundial. Y, quinto, que sus cifras resultan inalcanzables no sólo para sus contemporáneos, sino para generaciones y generaciones de cracks que les precedieron.

 

El asunto es que durante los últimos cuatro años, el premio ha sido para Messi, con Cristiano Ronaldo relegado casi siempre al segundo lugar (salvo por el 2010, cuando acompañaron al argentino los campeones del mundo y también barcelonistas Xavi e Iniesta). Y el asunto es, además, que existe una necesidad de aclaración: ¿quién debe ganarlo? ¿El que jugó con más brillantez durante dicho año, quién fue más importante para la consecución de títulos o el que se considera el mejor?

 

Ya que las burdas palabras de Joseph Blatter respaldando a Messi (y llamando comandante a Cristiano) echaron a andar prematuramente la discusión, y toda vez que el sábado el estadio Bernabéu coreó explosivamente pidiendo el Balón de Oro para el 7 madridista, entonces el tema está desatado.

 

Sucede que esta vez, hay un contendiente obvio (¿o favorito?) que es Franck Ribery. Pilar del Bayern Múnich en todas sus copas del año, si la valoración se recarga en los títulos conquistados, el francés dejará esta vez a los dos dioses del futbol español con las manos vacías.

 

Sin embargo, dada la forma en que se ejecuta la votación (los seleccionadores nacionales, más algunos corresponsales), dudo que Ribery lo obtenga.

 

Regresaremos así a lo mismo. ¿Y Zlatan Ibrahimovic? Nadie objeta que es la única alternativa a los dos de siempre, mas no como para obstaculizarlos en este galardón.

 

Con la cantidad de lesiones que han perseguido a Messi en este 2013, contrastando con lo avasalladoramente regular que ha sido Cristiano, no dudo que este último vive mejores momentos y acaso merece más ser elegido. Pero, otra vez: el portugués no ha levantado trofeo alguno e, incluso, tiene riesgo de quedar eliminado del Mundial de Brasil 2014 (jugará la repesca precisamente contra la Suecia de Zlatan).

 

En el fondo, el tema ya cansó. Lo más aburrido de todo, es que sólo entregarse el 13 de enero, ya se empezará a discutir respecto al siguiente Balón de Oro. En eso nos ocupamos. Así se nos van los días futboleros y nos enteramos de que otro año termina.

 

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