La reforma energética que se discute actualmente en el Congreso de la Unión, “no es un tema ideológico, sino de competitividad y sobrevivencia para el país hacia delante”, aseveró el director general del Grupo Financiero Banorte, Alejandro Valenzuela.

 

Comentó en entrevista que esta reforma es “el gran tema” ahora, ante los rápidos cambios en la geopolítica mundial y las implicaciones que tiene para México, sobre todo en un escenario en donde Estados Unidos está garantizando su autosuficiencia energética.

 

El directivo consideró que el debate debe ser sobre el tipo de energéticos que requerirá el país y los precios que necesita para ser competitivo a nivel internacional, además de la forma sobre cómo se alcanzarán dichos objetivos.

 

Ejemplificó que se debe considerar que Estados Unidos produce gas a menos de cuatro dólares, mientras que en México cuesta tres veces más, por lo que se debe de lograr una energía al mismo precio que los norteamericanos y sacar la competitividad de lo que se tiene en México.

 

Refirió que ya se debate el poder generar mayor capacidad para que el sector eléctrico tenga más inversión, así como la posibilidad de que la perforación y exploración de petróleo en aguas profundas tenga también inversión privada, junto al tema de aumentar la inversión para el desarrollo del gas shale.

 

“Son temas que debemos entenderlos en toda su dimensión, debatirlos ampliamente, pero tampoco esperar, porque hacerlo es negar una realidad y al final de cuentas si no avanzamos en este tipo de temas, el país se va a rezagar más”, advirtió.

 

Valenzuela del Río consideró que esta reforma junto con todo el paquete de cambios estructurales que planteó la administración federal, es un esfuerzo para que el país avance.

 

Sin embargo, aunque manifestó su optimismo por dichas aprobaciones, resaltó que “la reforma estructural es una condición necesaria más no suficiente para justamente llevar al país a mayores niveles de productividad y eficiencia”.

 

Destacó que ahora habrá que cuidar la ejecución de las reformas y que lleguen a buen puerto, pues “como dice el viejo dicho, el Diablo está en los detalles”, por tanto, habrá que esperar a que se publiquen las leyes secundarias y los reglamentos, y que realmente ayuden al progreso de México, consideró.