Cuando Alex Gibney se preparó para hacer una película sobre el regreso del ciclista Lance Armstrong al Tour de Francia en 2009, el documentalista admite que se sentía feliz: El hombre que había ganado la pulseada a la muerte en su batalla contra el cáncer, volvía para recuperar su trono. Y sin doparse.

 

“Todos queríamos creer”, dijo Gibney, quien dirigió otro documental que tuvo una recepción buena este verano. “We Steal Secrets: The Story of WikiLeaks” (Nos Robamos Secretos: La Historia de Wikileaks). “Los deportes se tratan de respaldar a la gente”.

 

La película era tan positiva, que el mismo Armstrong aportó fondos para el proyecto.

 

Pero en 2011, las cosas cambiaron. La película “de buena vibra”, como Gibney calificó a la visión original de su documental, estaba casi acabada cuando los ex compañeros del equipo de Armstrong, Tyler Hamilton y Floyd Landis, comenzaron a hacer declaraciones públicas sobre el dopaje del ciclista.

 

Ese mismo año Armstrong enfrentó una investigación federal de Estados Unidos por acusaciones de dopaje. Y luego en 2012, un reporte de la agencia estadounidense antidopaje señaló que Armstrong y sus compañeros de equipo, patrocinado por el servicio postal de Estados Unidos, usaron esteroides.

 

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De pronto quedó claro que Gibney necesitaba cambiar su película. Lo que se había titulado “The Road Back” (el camino de regreso) se convirtió en “The Armstrong Lie” (la mentira de Armstrong).

 

“Era una mentira a plena vista”, dijo Gibney. “Pero uno no quiere dudar”.

 

Las sospechas sobre el uso de substancias prohibidas de Armstrong comenzaron a surgir en 2005, cuando el ex compañero de equipo de Armstrong, Frankie Andreu, y su esposa Betsy testificaron en una demanda sobre una confesión de dopaje que escucharon hacer a Armstrong mientras estaba hospitalizado en 1996 durante su batalla contra el cáncer. (Armstrong hizo después todo lo posible para marginar a Andreu del mundo del ciclismo).

 

“La mayoría de los hechos se habían revelado hace mucho tiempo”, dijo Gibney en una entrevista reciente en un hotel de Beverly Hills. “La pregunta era: ¿si ya habían sido revelados, entonces cómo pudo sostener Lance que no eran verdad? De eso se trata la película”.

 

Durante una entrevista con Oprah Winfrey en enero de este año, Armstrong admitió usar esteroides para ganar el Tour de Francia en siete ocasiones, títulos que desde entonces le han sido retirados. Gibney estuvo ahí mientras se filmó la entrevista e insistió que Armstrong se sincerara también frente a su cámara.

 

“Era difícil obtener una entrevista larga tras la de Oprah porque esa entrevista no tuvo el efecto que él quería”, dijo Gibney. “Quería que sus admiradores lo respaldaran, pero no sucedió así. Yo iba a seguir con otras personas como Betsy (Andreu, quien aparece en la película). Creo que por eso accedió a hablar. Quería sentir el control sobre su historia y sabía que sin su voz las cosas podrían salir peor”.

 

“Al fraude hay que llamarle fraude”, dijo Betsy Andreu en una entrevista telefónica desde su casa en Dearborn, Michigan. “Lance trató de usar el cáncer para escudarse, pero en mi opinión, así fue como le dio cáncer, usando todas esas drogas. Las hormonas del crecimiento alimentan el cáncer “, dijo sobre una teoría cada vez más apoyada por investigación médica.

 

¿Armstrong manchó el mundo del ciclismo para siempre? “Eso es lo más difícil”, dijo Gibney. “Queremos que (los atletas) sean súper humanos, pero nos sorprendemos cuando se dopan, ahí es donde eso recae en nosotros”.

 

Aunque Armstrong no tiene planes de ver la película — envió a sus representantes — el ciclista recibirá una parte de las ganancias de la misma. “Cuando se hizo el acuerdo original con Sony, Lance tuvo una participación financiera”, dijo Gibney.

 

En su entrevista más reciente, realizada por el sitio de ciclismo competitivo Velo News, Armstrong dijo en un artículo de octubre que pagará “un precio muy grande” por lo que ha hecho. Pero también dijo que en el futuro “la gente debe esperar la verdad, la verdad total y nada más que la verdad”.

 

Armstrong rechazó hacer declaraciones para el presente artículo a través de su representante.

 

¿Alguna vez confirmará Armstrong lo que la pareja Andreu dijo que escuchó en el hospital en 1996? ¿Cuándo comenzó a doparse Armstrong? “Él no me lo diría”, dijo Gibney.

 

“Asumimos que Lance comenzó a usar (drogas) después del cáncer y que entonces comenzó a ganar el Tour de Francia, pero sabemos que comenzó a usar drogas desde 1993”, indicó Gibney. “Pero si las drogas eran tan buenas, ¿por qué no podía ganar el Tour en ese entonces?”

 

Y, ¿qué hay de las dudas sobre que Armstrong estaba coludido con la Unión Internacional de Ciclismo, y sobre los tiempos de competencia alterados? Gibney señaló que esas dudas quedarán abiertas.

 

“Hay un elemento que Lance ha dejado entrever, pero no lo ha hecho de manera abierta, y es cómo el mecanismo del deporte colaboró para mantener su secreto por tanto tiempo”, comentó Gibney. “Trabajaba mano a mano con la UCI y con los patrocinadores. Todos recibían pagos”, un punto que se sugiere en la película, pero que debe ser demostrado.

 

Gibney dice que dejó de tratar de buscar respuestas a esas dudas mientras hacía su película.

 

“Mucha gente se dopaba en el ciclismo”, dijo. “Pero la mentira es lo que es realmente problemático con la historia de Lance. Hizo a los sobrevivientes de cáncer cómplices de su mentira y los medios se lo compraron. Como dice Betsy en la película: ‘El dopaje fue malo, pero el abuso de poder fue peor”’.