El piloto mexicano Ricardo González, que en junio pasado se convirtió en el segundo de su país en ganar la mítica carrera de resistencia de las 24 Horas de Le Mans, está dispuesto a hacer historia para el automovilismo de México este año, con un logro ya a sólo dos carreras para su equipo.
El prototipo número 35 del Mundial de Carreras de Resistencia de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), que comparte con dos compañeros de la escudería francesa Oak Racing, tiene el título a su alcance, y ya acabó también primero de su categoría (LMP2) en Fuji (Japón, en octubre), además de en Le Mans (Francia).
A sólo dos carreras del final de la temporada, el equipo galo, donde González es el “caballero” (no profesional) a los mandos del mismo Morgan Nissan que los profesionales Bertrand Baguette (belga) y Martin Plowman (británico), llega con 13 puntos de ventaja a las Seis Horas de Shanghái, que se disputan hoy en la ciudad china.
“Faltando dos carreras creo que es una ventaja un poco cómoda, aunque lo que tenemos que hacer ahorita es agarrar puntos en todas las carreras”, valoró el piloto durante una entrevista con Efe en los garajes de Oak, a pie de pista.
“Si acaso tuviéramos una carrera sin agarrar puntos, entonces sí nos pondría eso en una posición muy delicada, pero mientras logremos estar punteando en los últimos dos eventos, creo que no deberíamos de tener el mayor problema”, aseguró.
Su camino hacia la posibilidad de hacer historia esta temporada empezó con la victoria de su prototipo en Le Mans, que además supuso el primer triunfo de su escudería en casa, en el legendario circuito de La Sarthe donde se disputa la dura carrera, lo que el mexicano considera que es “un sueño hecho realidad para cualquier piloto”.
“También para México fue algo muy importante, después de 45 años sin que ganase un mexicano” desde el triunfo de Pedro Rodríguez y el belga Lucien Bianchi con el Ford GT40 MKI de John Wyer Automotive en 1968, comentó, un logro que en su país “fue muy bien recibido”.
“La verdad, estamos muy contentos, iniciamos el Mundial sabiendo que podíamos ganar y que íbamos a pelear por el campeonato”, aseguró.
“Estoy muy orgulloso de poder estar dando estos resultados”, añadió, aunque después de todo “estamos aquí para ganar, y estar lográndolo es muy satisfactorio”.
En la actualidad se está viviendo “un momento muy importante” para el automovilismo en México, dijo, con dos nombres en la Fórmula 1 (Sergio Pérez, en McLaren, y Esteban Gutiérrez, en Sauber) y ahora González en el que considera “el Mundial más importante después del de Fórmula 1”, mantiene el piloto y empresario de Monterrey.
Gracias a esto, “tras una época de sequía” de títulos y de caída de la afición desde los tiempos de Rodríguez, la pasión por el automovilismo “se está volviendo a despertar” y “ojalá esto haga voltear los ojos a los mexicanos otra vez hacia este deporte, a fin de cuentas es un Mundial y puede ser muy importante para México”.
“Sería bueno”, afirmó, “hay muchos mexicanos con mucho talento, y ojalá abran los ojos hacia este tipo de categorías”.
González, que llegó a estar retirado del automovilismo durante siete años, recordó que empezó corriendo con “karts” en México desde los 10 años, y que a los 17 ya entró en la Fórmula 3, aunque en 2003, con 25 años, se retiró y abrió una empresa aseguradora.
Durante siete años ni se subió a un “kart” “para mantenerme completamente lejos” del pasado y “no estar batallando con memorias”, hasta que en 2010 “se me presentó la oportunidad de regresar y empecé a recordar lo que ya sabía de niño”.
Tras un buen rendimiento en las Series Americanas del Le Mans, en 2011 conquistó ese campeonato estadounidense con Core Autosport, junto a su compañero de Florida, Gunnar Jeannette.
Aquello le abrió las puertas al Mundial de Resistencia, y tras un buen año con la escudería británica Greaves Motorsport, saltó esta temporada a la francesa Oak Racing para verse, poco después de llegar, peleando por llevarse el campeonato.
Sus siete años de empresario le han ayudado mucho como piloto, asegura ahora: “a ser disciplinado, responsable y a tener claro qué es lo que quiero”.