OAXACA. Por acuerdo de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE), integrantes del magisterio oaxaqueño no responden al censo que hace el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) para contar con datos confiables del número de maestros, escuelas de educación básica y especial y alumnos en el país, por lo que hay el riesgo de que la Secretaría de Educación Pública (SEP) retenga recursos financieros en materia educativa.

 

El director del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), Manuel Antonio Iturribarría Bolaños, reconoció que el censo, iniciado el pasado 26 de septiembre a nivel nacional, en Oaxaca ha tenido rechazo total por parte de los miembros de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

 

A la fecha, indicó en entrevista, en 486 escuelas encuestadas en la entidad, el personal se ha negado a dar los datos requeridos por el personal del INEGI en tanto en 496, que son de tipo privado, del Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE) y de la Sección 59 del SNTE -contraria a la 22-se ha tenido total disposición.

 

Resaltó que de continuar esta negativa de la Sección 22 a aportar los datos requeridos, la Secretaría de Educación Pública (SEP) puede retener recursos financieros para el sector educativo de Oaxaca así como para los requerimientos de rehabilitación de centros educativos que demandan mejoramiento.

 

Estimó que el censo, que concluirá de manera preliminar el 29 de noviembre con resultados finales en el 2014, puede tener en Oaxaca un alcance del 40 por ciento de aceptación y en un 60 por ciento de negativa.

 

El funcionario estatal lamentó esta resistencia de la Sección 22 del SNTE a sumarse al censo del INEGI y subrayó que al igual que el magisterio de Oaxaca, en la misma actitud se encuentran el de Chiapas y Michoacán.

 

Explicó que los encuestadores del INEGI cuentan con una tableta digital para desempeñar su labor y la información la aterrizan posteriormente aunque en algunos casos, al tener contacto con miembros de la Sección 22 del SNTE, tienen amenazas y represalias por tomar fotografías de las escuelas, por lo que optan por retirarse del lugar.