Entre los múltiples clamores que hace estallar el futbol, y más cuando se trata de una selección en crisis, muchos rebasan el rango de lo injusto.

Es la situación de Javier Hernández, linchado por la opinión pública a raíz de los goles errados en los últimos cotejos eliminatorios (el penalti contra Panamá, la falla a pocos metros de la portería ante Costa Rica). Es la misma opinión pública que tres años y tres meses atrás, linchaba a Guille Franco y peor todavía a Javier Aguirre por colocar como titular al nacido en Argentina en detrimento del entonces favorito tapatío.

 

Al Chicharito se le podrán recriminar múltiples facetas futbolísticas: si su técnica, si sus condiciones, si sus limitaciones, si su aporte, mas nunca la total dimensión de su entrega. Las cosas pueden marchar mejor o peor en un partido, pero él pone siempre todo lo que tiene y me extrañaría escuchar a alguien que al respecto almacenara duda. Es un futbolista con sangre, con dignidad deportiva, con vísceras al servicio del talento, con gran capacidad para mejorarse y superarse permanentemente.

 

¿Que sale en muchos anuncios? Eso sucede con el máximo referente futbolístico de cada país, sobre todo si existe carisma (que con Javier, sobra). Con Falcao en Colombia, con Neymar en Brasil, con Alexis en Chile, con Hazard en Bélgica, con Kagawa en Japón, con Park en Corea. Si algunos de dichos futbolistas son superiores a él, es tema de otro debate. Los patrocinadores lo buscan porque desean aliarse a su positiva imagen, porque sienten que sacarán provecho al proyectar su producto de la mano de este personaje.

 

¿Que es reserva en el Manchester United? Entonces pregunto: ¿cuántas personas en este país se han atrevido, primero, a irse a la mayor línea de competencia del mundo a fin de contrastar su valía, y, segundo, mantenerse ahí, lejos de la zona de confort, luchando por un lugar incluso ante perspectivas adversas?

 

Javier no es futbolísticamente más que los titulares Wayne Rooney o Robin van Persie… Pero por algo ahí se mantiene y optimiza sus minutos de la única forma que le es admitido a un delantero: con goles.

 

Durante múltiples entrevistas que he realizado con compañeros del Chicharito, hubo un patrón en común: cuánta estima y respeto se le tiene, cuánto se destaca su esfuerzo, cuánto se valora su profesionalismo. El ya retirado Edwin Van Der Sar me decía que “antes yo era el primero en llegar porque vengo después de dejar a mis hijos en la escuela… Desde que lo fichamos, ya soy siempre el segundo”. Ryan Giggs afirmaba entre risas, “Chicha ha sido magnífico desde que llegó al Manchester United, es increíble tenerlo en el equipo. Es un gran jugador, uno de los mejores goleadores y estoy feliz de tenerlo en el Manchester United por su calidad dentro y fuera de la cancha”.

 

Este texto no pretende promover su presencia o reclamar que se le rinda pleitesía. Simplemente, ubicar el nivel de los ataques.

 

Miguel Herrera haría mal en no convocarlo. Ya si va de titular o no, será decisión del entrenador. Ya si entra o no, es parte de este deporte y el propio red devil deberá asimilarlo. Mas jugarte la presencia en el Mundial y renunciar a tener esa opción a la mano, no es un lujo que nuestro futbol pueda darse. Son pocas las alternativas ofensivas con las que contamos y el ex Chiva sigue siendo, linchamiento al margen, una de las principales.

 

Escribo todo esto antes de saber cómo se desempeña la delantera tricolor en el amistoso contra Finlandia. Sin importar lo que materialicen al frente Aldo de Nigris, Raúl Jiménez, Oribe Peralta, necesitamos a Javier Hernández. Y, de preferencia, en la racha goleadora retomada en el United, con tres tantos en cuatro días.

Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de 24 HORAS.