LONDRES. Más de dos mil policías y 850 civiles muertos es el saldo que ha dejado la llamada “primavera Talibán” en Afganistán, desde que comenzó la ofensiva rebelde en marzo pasado, informó hoy el Ministerio del Interior de ese país.

 

El general Mohammad Salim Ihsas, jefe de asuntos de la policía en el citado ministerio, dio a conocer este martes el balance de siete meses de ataques de los fundamentalistas, que han tenido como blanco a las fuerzas de seguridad, oficiales del gobierno y misiones diplomáticas.

 

Los militantes han conducido más de seis mil 600 ataques, entre ellos mil 700 fueron atentados directos e indirectos, 50 actos suicidas, dos mil asaltos armados y mil 180 con explosivos, así como nueve mil emboscadas, todos en 30 provincias del país.

 

En conferencia de prensa en Kabul, Ihsas precisó que mil 270 miembros de la Policía Nacional Afgana y 770 oficiales locales, así como 850 civiles perdieron la vida, mientras que otros dos mil 700 policías y dos mil civiles resultaron heridos.

 

Indicó que la ofensiva rebelde se concentró principalmente en las provincias de Logar, Ghazni, Maidan Wardak, Kabul, Paktika, Faryab, Farah, Helmand, Zabul y Badakhshan, de acuerdo con despachos de la agencia local de noticias Pajhwok.

 

Haciendo frente a las operaciones de los talibanes, el personal de seguridad afgano condujo más de cuatro mil 500 operaciones, en las cuales dos mil 160 combatientes murieron, 500 fueron lesionados y otros dos mil arrestados, agregó.

 

En la misma conferencia, el portavoz del Ministerio afgano de Defensa, general Zahir Azimi, acotó que la ofensiva talibán fue planeada por agencias de inteligencia extranjeras y ejecutadas por “elementos internos”, pero sin mencionar a nadie en particular.

 

El vocero de Defensa sostuvo que el 2013 ha sido un año importante en cuestión de seguridad en el país, ya que ha marcado la transición de responsabilidades, de las tropas extranjeras a las fuerzas afganas, probando éstas su capacidad y progresos.