El plazo para cumplir con la certificación policial en las diversas entidades de la República mexicana será ampliado un año debido a que implicaría un gasto de los recursos públicos millonario, señaló el presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados.

 

Adelantó que, en la víspera de concluir el plazo legal (30 de octubre), existe una minuta emanada por el Senado de la República y que será discutirá este miércoles durante la reunión plenaria de los legisladores en el recinto de San Lázaro.

 

Explicó que ante el rezago de certificación de los diversos cuerpos policiales, aplicar la Ley actual implicaría poner en crisis la económica de las distintas entidades del país al intentar liquidar a quienes aún no han cumplido con la norma.

 

“Eso implica a nivel estatal que les falten quinientos, ochocientos o mil elementos por certificar y la reforma, la Ley, dice que se deben de despedir, sino han sido certificados para esa fecha (30 de octubre); despedir a mil policías le significa para erario público una cantidad muy fuerte para la liquidación correspondiente”, argumentó.

 

Sin mencionar la cantidad de dinero que se empleará a consecuencia de esta aplicación de tiempo, dijo que es necesario analizar los procesos, como los aplicar exámenes, que consideró “sin sentido”, o la posibilidad de dar de baja a aquellos servidores policías que tengan sobrepeso.

 

“Porque no todos tienen la función de tener una condición física aprobada, a lo mejor es alguien que está haciendo trabajos de inteligencia y no necesariamente no debe estar listo para correr”, advirtió.

 

El legislador michoacano y líder de la fracción del PRD, resaltó que, con base en la experiencia, estos ejemplos colocan en situación de “injusticia o actos discriminatorios” para los integrantes policiales con sobrepeso o que sujetos a exámenes “sin sentido”.

 

Silvano Aureoles, durante la conferencia de prensa, tuvo un lapsus y confundió la prueba del polígrafo, integrada en este proceso de certificación, por la que denominó como “prueba del bolígrafo”.

 

Al hacerle ver entre los reporteros su error, el político michoacano calificó a los comunicadores como “muy fijados”, y solicitó no anotar dicha confusión.