América Latina enfrenta un periodo de bajo crecimiento económico que podría ser “persistente” advirtió la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en un informe sobre perspectivas económicas divulgado el viernes.

 

Tras una década de prosperidad en la que la región pudo sortear los efectos de la crisis financiera global, las perspectivas de un crecimiento bajo en el mediano plazo “pone en riesgo la consolidación de los avances realizados en la lucha contra la pobreza y la desigualdad” alcanzados en los últimos años, sostuvo la OCDE en el documento, elaborado con la participación de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Banco de Desarrollo de América Latina.

 

Si bien la disminución en el ritmo del crecimiento “no es dramática”, hay razones para considerarla como “persistente” debido a la ausencia de acciones de política que eleven la capacidad de crecimiento de las economías de la región, sostuvo el organismo.

 

“No nos pusimos activamente a prepararnos para la postcrisis” dijo el mexicano Ángel Gurria, secretario general del organismo, al hablar sobre el informe. “El tiempo no lo empleamos para hacer transformaciones de políticas estructurales que hoy son necesarias para incrementar la productividad”, sostuvo.

 

Para lograr un crecimiento sostenido, la organización sugirió a los gobiernos de América Latina que inicien procesos para lograr más diversificación de su economía, apoyados en políticas orientadas hacia la innovación y la formación de encadenamientos productivos, para lo cual se requieren reformas estructurales dirigidas a mejorar la productividad.

 

“Cerrar la brecha tecnológica” que separa a Latinoamérica de regiones de Asia, Europa y Estados Unidos, es una tarea pendiente, sostuvo la secretaria de la CEPAL, Alicia Bárcenas. La funcionaria, quien estuvo en la presentación del informe, consideró vital la inversión en tecnología, ciencia, investigación y educación.

 

El informe insistió en que las perspectivas económicas para América Latina y el Caribe se presentan “complejas”, principalmente como consecuencia de tres factores: la reducción en el volumen comercial, la reducción en los precios de las materias primas y la incertidumbre en las condiciones financieras y monetarias globales.

 

Según el reporte, ello obedece al crecimiento económico débil en Europa, el menor dinamismo de la economía China y el impacto de un eventual endurecimiento de la política monetaria de Estados Unidos. Anticipó una menor demanda para los bienes y servicios exportados por la región, por un menor crecimiento del comercio mundial.

 

En promedio, la región no crecerá más allá de un 2,9% en 2013, dijo Gurria. “El 2013 ha sido un año de crecimiento flojo” para todo el mundo.

 

Entre 2003 y 2012 la región experimentó un crecimiento promedio anual del 4.0%, a pesar de la contracción registrada como consecuencia de la crisis financiera internacional (2008-09). Los expertos sostienen que dicho crecimiento se debió principalmente a un escenario internacional favorable, marcado por un rápido crecimiento del comercio mundial y un incremento en los precios de las materias primas que resultó en términos de intercambio por demás positivos para la región.