Jeh Johnson, el previsiblemente próximo secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, fue durante años uno de los cerebros en la sombra de las estrategias de seguridad del país y miembro clave del equipo de lucha antiterrorista durante el primer mandato de Barack Obama.

 

Johnson, de 56 años, sirvió como consejero principal a dos secretarios de Defensa y participó activamente en el desarrollo de algunas de las políticas de protección nacional más sensibles de los primeros cuatro años del Gobierno Obama, entre ellas el polémico programa de ataques con aviones no tripulados (drones).

 

El presidente estaounidense, que lo ha elegido como próximo sustituto de la ex secretaria Janet Napolitano, reconoce en Johnson su “gran capacidad para evaluar las capacidades de una organización” y su “voluntad de poner en práctica cambios políticos complejos”.

 

Y es que Johnson representará, si el Senado considera oportuna su nominación al frente del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), un papel protagonista durante el proceso de reforma del sistema migratorio, una de las prioridades del mandatario que de hecho quiere convertir en ley antes de que finalice 2013.

 

La Casa Blanca destaca de Johnson su habilidad en la búsqueda de consensos y su participación en una de las modificaciones legales del Pentágono más reconocidas de los últimos años: la derogación de “Don’t ask, don’t tell” (“no preguntes, no digas”), una ley vigente desde 1993 por la que cualquier miembro de las Fuerzas Armadas de EE.UU. era expulsado si se declaraba abiertamente homosexual.

 

Nacido en la ciudad de Nueva York y de origen afroamericano, su nombre, Jeh, proviene de un soldado de Liberia que salvó la vida de su abuelo durante una misión de la Liga de Naciones en 1930.

 

Durante la ceremonia en la que Obama anunció este viernes su nominación, Johnson explicó a los asistentes que se encontraba en la Gran Manzana el día de los atentados del 11 de septiembre de 2001, fecha en la que además cumple años.

 

“Aquel día salí a pasear por las calles de Nueva York y me preguntaba una y otra vez ¿qué puedo hacer yo? Desde entonces me he dedicado a intentar resolver esa pregunta”, relató el abogado.

 

Uno de sus momentos más polémicos en el Pentágono lo protagonizó en 2011, cuando aseguró que el icono de los derechos civiles y Nobel de la Paz, Martin Luther King, hubiera entendido las guerras de hoy en día, en referencia a las de Irak y Afganistán.

 

“Creo que si el doctor King estuviera vivo hoy, reconocería que vivimos en un mundo complicado, y que el ejército de nuestra nación no debe y no puede dejar las armas y abandonar al vulnerable pueblo estadounidense ante la posibilidad de un ataque terrorista”, dijo durante un acto conmemorativo en memoria del activista.

 

Johnson se graduó en 1979 de la Universidad Morehouse en Atlanta, la misma en la que King lo hizo en 1948, y asistió a la escuela con su hijo, Martin Luther King III.

 

Mientras ocupó su cargo como Asesor General jurídico del Pentágono, también pronunció notables intervenciones sobre Seguridad Nacional, y en diversas ocasiones advirtió del peligro que supone un exceso de militarización en el seno de las fuerzas de seguridad estadounidenses.

 

En un discurso en la Universidad de Oxford el año pasado, llegó incluso a atraer la atención internacional.

 

“La ‘guerra’ debe ser considerada como un estado finito, extraordinario e innatural de las cosas. La guerra permite que un hombre – en consonancia con las leyes de la guerra- mate a otro. La guerra viola el orden natural de las cosas, hace que en vez de que los niños entierren a sus padres, sean los padres de una guerra quienes entierren a sus hijos”, advirtió entonces.