Coinciden cuatro circunstancias: primero, que los sueldos más elevados se pagan hoy por hoy en Inglaterra; segundo, que los equipos ingleses están específicamente encandilados con el actual prototipo del futbolista español: virtuoso con el balón, desequilibrante, bajito de estatura, con mucho gol, inteligente, disciplinado; tercero, que el máximo exponente de ese estilo es, ni duda cabe, Andrés Iniesta; y, cuarto, que el volante barcelonista termina su actual contrato a mediados del 2015 y ha rechazado las primeras cifras ofrecidas por el club catalán para renovar tal vínculo.

 

Nos hemos acostumbrado a ver brillar en la Liga Premier a un ejército ibérico que, a diferencia de lo que sucede con el crack manchego, apenas tiene relevancia en la poderosa selección de su país: Santi Cazorla es ídolo en el Arsenal, como Juan Mata fue el mejor del torneo pasado en el Chelsea, David Silva en el Manchester City y Michu en el Swansea, a quienes se añaden nuevos llegados a cada apertura del mercado (Negredo, Soldado, Navas, Aspas) y otros que han preferido los millones alemanes (Javi Martínez o Tiago Alcántara). Será por el más abierto modelo del futbol inglés, será por cuanto los refresca el cambio de aires, pero el común del español llega a las islas británicas a triunfar y sentirse más apreciado que en casa.

 

Lo anterior nos lleva a Iniesta. Mientras Madrid y Barcelona se involucraban con cheques en la competencia Cristiano Ronaldo-Lionel Messi (de momento el portugués ha vuelto a superar en emolumentos al argentino), no se prestó la merecida atención al caso del probablemente tercer mejor futbolista del planeta.

 

El hecho de que Iniesta finalice contrato en poco más de año y medio, tiene relevantes implicaciones. Si club y jugador no llegaran a un nuevo acuerdo, el momento de venderlo sería ni más ni menos que al terminar la presente temporada; de otra forma, a la siguiente se podrá ir gratis a donde mejor le convenga o más le paguen, lo cual representaría para la directiva blaugrana dejar de ingresar un traspaso que, de acuerdo a como anda el mercado, rondaría los cien millones de euros (Iniesta sería libre para sentarse a negociar con otras instituciones en poco más de un año).

 

El Madrid sabía que al aceptar las exigencias de Cristiano Ronaldo desataría un efecto dominó en la casa rival, porque los futbolistas suelen ser tan competitivos fuera de la cancha como dentro de ella. Con CR7 ingresando ahora más de 20 millones de euros limpios al año y con un nuevo llegado al Barcelona como Neymar superándolo en salario, Iniesta ha levantado sus expectativas…, y sabe que en Inglaterra o incluso Francia (los millonarios Paris St. Germain y Mónaco no tienen límite) podrá verlas saciadas.

 

Nunca pensé que llegaríamos a ver a este portento con otro uniforme que no fuera el del Barcelona, más la posibilidad toma fuerza y a ello se ha referido en un artículo el Daily Star… ¿Si Manchester United, Chelsea, Manchester City, Paris Saint Germain, han firmado semejantes cheques por jugadores muchísimo menos brillantes, a qué cantidades llegarán por Andrés?

 

Dicen que cinco millones de euros anuales es la gran distancia entre lo ofrecido por la directiva y lo demandado por el jugador. Mientras tanto, los magnates del futbol europeo salivan, se frotan las manos y sueñan con esa posibilidad.

 

Supongo que al Barcelona no quedará más remedio que doblar las manos y blindarlo a las proporciones exigidas.

 

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