Para muchos las imágenes del desastre en una tercera parte del país, causado por la tormenta tropical “Manuel” que después se elevó a huracán 1 en el litoral del Pacífico, y del huracán “Ingrid” en el Golfo de México, los cuales confluyeron al mismo tiempo, reavivan evocaciones de tragedias pasadas no menos sorprendentes, lacerantes y tristes.

 

Se le considera ya inédita y la mayor tragedia ocurrida por su extensión a lo largo del  territorio nacional.

 

Guerrero es uno de los estados más afectados, donde la gente está padeciendo hambre, desabasto, y la única opción para salvar la vida fue huir y, de tener tiempo haber visto cómo se derrumbaba su patrimonio y se lo tragaba la corriente. Donde la rapiña no se ha hecho esperar.

 

La tragedia ha evidenciado la desigualdad social en la que se vive en Guerrero y la mayoría de los estados afectados, como Oaxaca, Veracruz, Sinaloa, Tamaulipas o Colima. Se encuentran incomunicados, la red carretera no aguantó y pone en la palestra nuevamente el tema de que tras cada desastre natural las cosas se reparan sólo por encima.

 

Las casas sólidas son vulnerables ante el poder de la naturaleza, pero ni qué decir de las construcciones más pobres y edificadas que se construyen en zonas de riesgo.

 

México ha padecido tragedias naturales de consideración años atrás. En cada uno, sin falta, el país se ha solidarizado con las entidades afectadas. Estados que no las padecen han hecho suya las tragedias. ¿Qué haría el gobierno sin un pueblo solidario?

 

La sombra de la negligencia vuelve a aparecer e incluso ha llevado a que la CNDH abra una indagatoria en Guerrero sobre si se atendió en tiempo las alertas por las tormentas. ¿Seguirá siendo así cada temporada de huracanes y lluvias?

 

No basta con tomarse la foto en medio de las inundaciones. No se trata de atender el desastre cada que éste se presente y después de ocurrido, la prevención y los protocolos de evacuación jueguen papeles importantes.

 

El tiempo ahora sí que apremia. Aquí un ejercicio de memoria sobre algunas de las devastaciones más recientes que han tenido lugar en México.

 

1.- Gilberto

 

Huracán categoría 5 en la escala Saffir-Simpson, el máximo nivel, en 1988 se formó en el Golfo de México y azotó las costas de la Península de Yucatán. Su poder arrasó con el 50% de las playas de ese litoral, desde Campeche y se debilitó hasta Monterrey. Dañó los servicios y la infraestructura. Tocó tierra el 14 de septiembre en las costas yucatecas.

 

Provocó inundaciones en la parte noreste del país. Monterrey, una ciudad que no está acostumbrada a este tipo de tragedias, sufrió los embates del fenómeno meteorológico, pues desbordó el río Santa Catarina.

 

Gilberto alcanzó vientos de hasta 295 kilómetros por hora, dejó más de 300 muertos y pérdidas de 10 mil millones de dólares.

 

2.- Paulina

 

Este huracán categoría 4 impactó las costas del Pacífico en la temporada de huracanes de 1997.  Acapulco, Puerto Escondido y Oaxaca fueron las regiones más devastadas.

 

El  5 de octubre a 410 km al sur-suroeste de Huatulco se originó la onda tropical y la tarde del día 8 tocó tierra cerca de Puerto Escondido.

 

Entre 300 y 400 personas perdieron la vida y más de 300 mil se quedaron sin patrimonio en Oaxaca y Guerrero. Dejó pérdidas económicas que se cuantificaron en 7 mil 500 millones de dólares.

 

 

3.- Stan

 

Fue una tormenta “S”, la segunda desde que se estableció el sistema de denominaciones de huracanes, antes de convertirse en huracán Categoría 1. Causó inundaciones y desprendimientos en Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua antes de llegar a México.

 

En la temporada del Atlántico en 2005, este huracán afectó a Oaxaca y Chiapas, desbordando el río Huixtla y Tapachula donde barrió con 2,500 casas. Al menos tres ríos salieron de sus cauces y se llevaron todo lo que encontraron a su paso.

 

Sólo la crecida del río Suchiate, frontera natural entre México y Guatemala, tuvo inundada una tercera parte del área urbana de dicho estado y las corrientes de al menos 12 ríos en Chiapas arrasaron con todo a su paso, derribando casas, árboles, postes y hasta puentes de más de 20 metros de altura.

 

Se reportaron 68 muertes en el país aunque cobró más de 1620 vidas a su paso por Centroamérica y México. Se le considera más mortífero que Katrina.

 

 

4.- Wilma

 

Este nombre difícilmente lo olvidarán los habitantes de las costas del Golfo de México. Este huracán de categoría 4 se generó en octubre de 2005 y está catalogado como uno de los más destructivos. Golpeó Cozumel, Cancún y Playa del Carmen.

 

Wilma fue el cuarto huracán de categoría 5 de la temporada. Alcanzó tierra en más de una ocasión y provocó sus efectos más destructivos en la península de Yucatán.

 

Provocó la muerte de 62 personas y daños por hasta 7.5 mil millones de dólares. Fue el primer huracán en recibir un nombre con inicial “w” desde la nomenclatura alfabética que comenzó en 1950.

 

 

5. – Dean

 

Del 13 al 28 de agosto de 2007 el huracán Dean golpeó a República Dominicana, Santa Lucía, Dominicana, Martinica, Jamaica, Haití, Belice y finalmente arribó a México. Fue el 21 de ese mes cuando tocó tierra en nuestro país con viento de hasta 280 kilómetros por hora.

 

Su fuerza dejó a casi mil personas sin casa, inundo Ciudad del Carmen, Campeche y se cobró la vida de 39 personas.

 

 

Recuerdas algún otro huracán, tienes fotos o videos, compártelos.