WASHINGTON. El presidente Barack Obama consideró que el estado de indefinición del debate legislativo sobre la reforma migratoria es el más claro ejemplo de la parálisis que existe en el Congreso frente a los temas que apremian al país. Ante empresarios reunidos en el Business Roundtable, el mandatario denunció que la falta de avance refleja la ausencia de consenso político por la cerrazón de un grupo de legisladores republicanos que se rehúsan a cualquier negociación que implique ceder terreno en sus posiciones.

 

Obama hizo notar el consenso que se logró en el Senado, que aprobó su iniciativa meses atrás, con apoyo de algunos republicanos, pese a lo cual el debate languidece ahora en la cámara baja. El mandatario aseguró incluso que si el líder republicano John Boehner permite que haya un voto en el pleno de la cámara baja, “sería aprobado porque tenemos una mayoría de representantes que están preparados para votar” a favor.

 

Al hablar ante hombres de negocios, Obama insistió en que “el problema es que ahora mismo esta ciudad, Washington, está cerrada (a la negociación) y por ello no estamos viendo el progreso que debería haber en estos temas”. Estimó que pese a la complejidad que presentan algunos de estos temas, “se pueden resolver y existe de hecho un buen consenso sobre cómo podemos avanzar”.

 

El presidente estadunidense insistió en que la necesidad de aprobar la reforma no deriva sólo del imperativo de reparar un ineficiente sistema de migración, sino de su impacto sobre los prospectos económicos del país. Subrayó que la economía se beneficiará con esa medida: “si implementamos la reforma migratoria eso puede agregar potencialmente un millón de millones de dólares a nuestra economía y que eso nos va a permitir continuar atrayendo el mejor talento de alrededor del mundo”.

 

Afirmó que “la razón de que esto no pese es porque una pequeña facción insiste que nuestra tradición como una nación de leyes pero también como una nación de inmigrantes es alguna forma anti-estadunidenses y se oponen a ello”.

 

Entre los asuntos clave que dificultan los republicanos figuran el presupuesto y el déficit. Ayer, Obama agregó que esos legisladores condicionan su apoyo a los temas presupuestales a cambio de eliminar el presupuesto para poner en vigor la Ley de Cuidado Médico Asequible, el mayor logro de política doméstica de su administración.

 

Otro tema donde los republicanos se han cerrado a la negociación, dijo Obama, es el del techo de la deuda. El Congreso debe encontrar una manera de elevar el actual límite de endeudamiento de 16 mil 700 millones de dólares y cuyo tope llegaría entre mediados y finales de octubre.