Como siempre, el Mercedes Benz Fashion Week de Nueva York (MBFW) -que marca el inicio de la temporada de desfiles alrededor del mundo y que concluyó ayer jueves 12 con un rotundo éxito-, convoca a una gran cantidad de diseñadores reconocidos y con una larga trayectoria.

Pero si algo tiene la semana de la moda de Nueva York es que también se contagia del “sueño americano” y ofrece la posibilidad de lanzamiento en su edición de colecciones de primavera-verano 2014 a varias marcas latinas no tan añejas ni reconocidas.

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Por un lado, convirtió a Argentina en país invitado a enseñar su concepto de marca-país con siete diseñadores (Agostina Bianchi, Daniela Sartori, Marcelo Giacobbe, Tenaz, Vivana Uchitel así como Mariana Dappiano y Fabián Zitta); mientras que entre los nombres emergentes que tuvieron la oportunidad de desfilar entre rascacielos estuvieron el mexicano Ricardo Seco; la uruguaya Gabriela Perezutti con su marca Candela; los españoles Custo Dalmau (Custo Barcelona) y Manel Jadraque (Desigual).

Ricardo Seco

La propuesta para hombre para la primavera-verano 2014, incluyó el tradicional Changshan de seda, de manga corta y de largo hasta la cintura, una pieza que tanta aceptación ha tenido en el mundo occidental, con pantalones de algodón tipo pitillo sobre el tobillo, o pantalones cortos, algunos con estampados de flores, acompañados de camisa y una americana de piel, para el toque urbano, pero que puede llevar a la oficina o una fiesta.

El hombre para el que va dirigida esta colección, confeccionada en algodón, seda, cashmere y mezclas de esos tejidos para la que eligió negro, blanco, gris y el azul real y dorado, también puede optar por un look más casual con pantalones deportivos cortos, que combina con suéteres de algodón y camisa, el saco de piel, negro o con mangas blancas o puede optar por un súper cómodo pantalón de pata muy ancha y una camiseta.

No faltaron los abrigos livianos de seda estampados con una flor roja y hojas verdes, o uno dorado con capucha. Aunque la colección es para hombres, varias de las piezas, como los abrigos, puedan ser parte del guardarropa femenino.

Custo Barcelona de Custo Dalmau

La colección de la marca española presentó muchos trajes enterizos, con un giro haciaelpatchwork, su abandono del estampado y su apuesta impúdica por el nacarado y los brillos.

El viaje empieza en lo tribal, en el exotismo indígena o los telares de jacquard, para llegar sin cambios bruscos a la fantasía sideral.

La marca sigue teniendo sus fuertes en los abrigos, los vestidos cortos y las camisetas, pero demuestra esta vez que puede ser sobrio con inteligencia.

Diseñadores argentinos

Argentina retornó a la Semana de la Moda en Nueva York con diseñados que van desde tejidos artesanales, piezas con influencia oriental, inspiradas en el sari de Bangladesh hasta elegantes vestidos cortos y largos.

Las piezas mostradas se pueden intercambiar fácilmente, acentúan la figura, y están confeccionadas en seda y algodón, con cortes asimétricos, inspirada en el movimiento de afroamericanos de los años 60. Algunos diseños livianos, con influencia oriental y en brillantes estampados en vestidos largos que muestran los hombros en túnicas tipo kimono que se destacan por las pinzas a los lados para provocar volumen.

También por pantalón pitillo, blusas y chaquetas con estampado, en seda y gasa en dos paletas de colores, negro y nude con acentos de azul y verde aguamarina, así como el anaranjado y verde limón.

Determinadas piezas así como los cinturones fueron tejidos por mujeres de la comunidad indígena Toba, de la provincia del Chaco, con las que trabajan hace más de siete años.

La noche argentina cerró con una elegante y sofisticada colección inspirada en la famosa fuente Las Nereidas en Buenos Aires, que representa el nacimiento de la diosa Venus, en una propuesta que se destaca por las transparencias y volantes.

Agostina Bianchi.

Candela, Gabriela Perezutti

La uruguaya, que optó nuevamente por una presentación con modelos estáticas, propone para esta temporada vestidos amplios de seda largos con cuello uve o escote redondo a la espalda y bolsillos a los lados y con tirantes de soga, en referencia a la que se lleva en los barcos, cómodos e ideales para usar luego de un largo día al sol.

También llevó a la pasarela vestidos largos en algodón, así como cortos de encaje o bordados en pedrería para llevar a una fiesta, piezas en las que no faltó el look victoriano romántico que caracterizan sus diseños.

La colección la componen además frescos pantalones de hilo cortos y largos con una soga por cinturón, blusas de seda transparentes y con encajes así como conjuntos de faldas cortas y pantalones adornados con elementos étnicos.

“En esta propuesta la protagonista, que es una mujer que viste muy sofisticado, se va despojando luego de varios días de esas piezas elaboradas para optar por otras más cómodas, pero siempre elegantes”, y combinadas con zapatos planos puntiagudos adornados con pedrería y cristales, indicó Perezutti.

Desigual de Manel Jadraque

Sin romper su tradición de ropa ponible y divertida, la marca española Desigual debutó en la Semana de la Moda asegurando que “la vida es chula” y rompiendo las distancias entre pasarela y audiencia al ritmo de una fiesta mediterránea de los años setenta atiborrada de color, estampados y sonrisas.

Como todas las fiestas, empezó algo tímida, jugando con estampados en blanco y negro, para ir desmelenándose hacia la fantasía colorista por la que Desigual ha apostado desde sus inicios, allá por 1984, cuando los hermanos Christian y Thomas Meyer la fundaron bajo un lema inspirado por Isabel Coixet.

Pamelas, vestidos de cóctel, gafas de sol, faldas que casi son pareos, y tejidos frescos. Mucho algodón, pero también sedas vaporosas que hacen que la colección sea más verano que primavera, más playera que floral. Tejidos brillantes y mates, asimetrías, y un horror vacui que, lejos de agobiar, tiende a lo natural y lo liviano.