MUZAFFARNAGAR. Las fuerzas de seguridad indias recibieron orden de disparar a quienes organicen y participen en actos violentos, después de que los disturbios entre comunidades hindúes y musulmanas registrados el fin de semana acabaron con la vida de al menos 31 personas en el distrito de Muzaffarnagar, en el norte de India.

 

Todo comenzó cuando un video difundido en internet, en el que aparece el presunto linchamiento de dos hombres que resguardaban a una mujer víctima de acoso sexual en ese distrito, causó la ira de la población hindú contra musulmanes, lo que generó enfrentamientos callejeros en las aldeas en torno a Muzaffarnagar, en el estado de Uttar Pradesh.

 

Fuentes oficiales habían cifrado en un principio en 28 los fallecidos, pero el subdirector de la Policía del estado de Uttar Pradesh (UP), Arun Kumar, donde se encuentra el distrito de Muzaffarnagar, elevó a 31 el número y dijo que 90 personas habían sido detenidas pese al toque de queda.

 

La violencia se ha extendido al barrio vecino de Shamli y Meerut, que ya es patrullado por unidades militares

 

Por su parte, el secretario de Interior de UP, Kamal Sexena, precisó que los soldados de la región recibieron órdenes de disparar a revoltosos.

 

Según el secretario de Interior de UP, Kamal Saxena, la matanza la desencadenó la difusión del video, pero explicó que el material ha sido retirado de la red y es de hace dos años, por lo que no es seguro que se filmara en UP.

 

La cadena de violencia provocó que centenares de personas, algunas de ellas en carretas, intentaran huir de las zonas en las que la comunidad musulmana es una minoría.

 

La violencia comenzó el sábado por la noche tras una reunión de miles de granjeros hindúes que pedían justicia por el asesinato del 27 de agosto de tres jóvenes de la aldea de Kawal, quienes se opusieron cuando fue verbalmente amedrentada una mujer.

 

Las autoridades dijeron que algunos agricultores culparon a los musulmanes en esa reunión.

 

Los enfrentamientos con los musulmanes ocurrieron tras el encuentro, y muchos de ellos empuñaron armas, espadas, piedras y cuchillos, dijo el mando policial Arun Kumar.

 

Según algunos testigos, la masacre tuvo lugar ante la indiferencia de las fuerzas del orden locales, controladas por el poder regional, de tinte nacionalista hindú.

 

El enfrentamiento de Muzaffarnagar es el último de los episodios de violencia interreligiosa, principalmente protagonizados por las comunidades hindú y musulmana.

 

En India, compuesta por 160 millones de personas -alrededor de 13% de la población total del mundo-, la comunidad musulmana es la primera minoría del país.