BRASILIA. Durante la próxima cumbre del G20, Brasil, Argentina, México y las grandes economías emergentes plantearán su preocupación ante la posible reducción de los estímulos monetarios en Estados Unidos, una perspectiva que ya les causa una fuerte fuga de capitales.

La inquietud que recorre los mercados ante el posible fin de esos incentivos a la economía de la mayor potencia del planeta ya ha afectado a las monedas de todas las economías emergentes y se teme que cuando se confirme el impacto será aún mayor.

 

El peso mexicano ha caído 3.42% frente al dólar en lo que va del año, mientras que el argentino se ha desplomado 26.54% y el real brasileño 13.79%.

 

La moneda de México se apreció ayer 0.3% después de cinco sesiones consecutivas de depreciación frente al billete verde de Estados Unidos, luego de tocar su nivel más bajo en dos meses.

 

Brasil representa a América Latina en el G20 junto con México y Argentina, que coinciden en esas preocupaciones al igual que toda la región.

 

De cara a la próxima cumbre, en la ciudad rusa de San Petersburgo el 5 y el 6 de septiembre, Brasil ha articulado sus posiciones también en el ámbito del foro BRICS, que integra con Rusia, India, China y Sudáfrica, las otras cuatro grandes economías emergentes del planeta.

 

En esos países, al igual que en Indonesia y en otras economías pujantes del sudeste asiático, las monedas nacionales se han depreciado en medio de un proceso de migración de capitales hacia el dólar, que se ha beneficiado de un prevista alza de los intereses en Estados Unidos y del clima especulativo previo al posible fin de los estímulos.

 

Muchos agentes financieros internacionales están convencidos de que la Reserva Federal de Estados Unidos puede comenzar a reducir las compras mensuales de bonos, mediante las cuales inyecta millones de dólares a la economía, tras una reunión prevista para los días 17 y 18 de septiembre próximos.

 

“Si eso pasa, el dólar será reforzado y se deberá esperar una mayor fuga de capitales en las economías emergentes”, dijo una fuente oficial brasileña.

 

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, alertó la semana pasada sobre la violenta depreciación cambiaria provocada por las políticas monetarias de Estados Unidos y la especulación que generan en los mercados.

 

Según dijeron las fuentes oficiales brasileñas, cuando intervenga en la Cumbre del G20 la presidenta Rousseff hará un firme pronunciamiento, en el que alertará sobre la mayor volatilidad que provocaría en los mercados cambiarios un abrupto cambio de las políticas monetarias estadounidenses.

 

En ese sentido, aseguraron que Rousseff será respaldada por los líderes del grupo BRICS, que además aprovecharán la cita del G20 para reunirse para avanzar en el proceso de creación del banco de fomento conjunto.

 

La fundación de ese banco fue acordada en la última cumbre del BRICS, celebrada en marzo pasado en Sudáfrica, y se prevé que su capital inicial será de entre 50 mil y 100 mil millones de dólares.

 

Según el BRICS, esa nueva entidad estará volcada a financiar el desarrollo, pero también le permitiría a sus miembros protegerse de la volatilidad y las crisis en un sistema financiero global en el que impera el dólar.

 

China da señales de mejoría

HONG KONG. La producción industrial de China registró en agosto una mejora, de acuerdo con dos indicadores distintos, en el indicio más reciente de que ha comenzado a estabilizarse la segunda economía más grande del mundo tras una prolongada desaceleración.

 

El Indice de Gerentes de Compras del banco privado HSBC difundido el lunes muestra un ligero crecimiento en agosto después de tres meses de contracción, mientras que otro índice hecho público el día anterior mostró que la producción aumentó a su nivel más alto en 16 meses.

 

“La tendencia en ambos indicadores es a la mejora; constituyen otra confirmación del impulso de un crecimiento más fortalecido en el tercer trimestre”, dijo en un documento de investigación el economista Wei Yao, del banco francés Societe General en China.