El proteccionismo con el que la Ley de Justicia para adolescentes del Distrito Federal arropa a los menores de edad como probables responsables de la comisión de delitos es el detonante del incremento en el índice delictivo en el Distrito Federal, aseveró Rodolfo Martínez Huerta, encargado de la agencia “C” de la Fiscalía Central de Atención de Niñas, Niños y Adolescentes de la Procuraduría de Justicia capitalina (PGJDF).

 

“La Ley de Justicia para Adolescentes del Distrito Federal contempla en su Artículo 30 un catálogo de delitos graves que pueden conseguir una sanción privativa de la libertad para el adolescente que comete alguno de esos delitos una condena de hasta cinco años, sino está en esa lista llevará su proceso en libertad”, señaló en entrevista con 24 Horas el funcionario.

 

Los Centros de Diagnóstico, dependientes del Gobierno capitalino, son lo que antes se  conocía como tutelares, y existen dos modalidades, uno donde están los menores sometidos a proceso, y aquellos donde están los adolescentes que cumplen una condena.

 

“En los adolescentes que cometen algún delito no existe la figura de la reincidencia como en los adultos. Entonces, no importa que el menor de edad delinca 100 veces, si es delito no grave tiene que ir para afuera porque así  está la ley, y en los tratados internacionales suscritos por México en favor de los derechos de los adolescentes”, señaló.

 

De acuerdo con el funcionario esa ley, que entró en vigor desde 2008, resulta proteccionista para el adolescente como probable responsable, por ello “urge una reforma para incrementar el catálogo de delitos graves e incluir algunos tipos penales para dar una respuesta a la alta incidencia que estamos teniendo”, aseveró.

 

Por ejemplo, el narcomenudeo es hoy en día un delito que va en aumento entre los adolescentes de la ciudad, pero la norma encargada de juzgarlo no lo contempla como un delito grave. Tan sólo en lo que va de este 2013, de enero a principios de junio, se iniciaron alrededor de mil 400 averiguaciones previas donde por lo menos un adolescente resulta como probable responsable de algún ilícito, subrayó.

 

De 2008 a la fecha, los delitos cometidos por adolescentes han ido en aumento, con un registro de entre 100 y 200 averiguaciones previas por año. El robo en todas sus modalidades, a transeúnte con y sin violencia, en transporte público, y el que se comete en centros comerciales, son los que representan la mayor incidencia. Por debajo se ubican las lesiones, el narcomenudeo, violación, y abuso sexual.

 

Sobre los delitos de índole sexual, Huerta Martínez comentó: “se da mucho que el primo de 15 o 17 años abusa de su primo o prima, o cualquier otro familiar que tienen como 10 años e incluso más pequeños”.

 

Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Iztapalapa, Benito Juárez, y Azcapotzalco, son las delegaciones que en mayor medida registran la incidencia criminal de este sector de la población.

 

Generalmente los adolescentes no operan en pandilla, aunque algunos forman parte de una o hasta del crimen organizado, y muchos provienen, dijo, de familias desintegradas o disfuncionales, y de escasos recursos económicos.

 

 

Dato: Aunque el menor de edad haya cometido algún delito grave como homicidio o secuestro el adolescente sólo puede recibir una pena no mayor de 5 años