QUERÉTARO. Investigadores del Centro de Geociencias de la UNAM, campus Querétaro, analizan los problemas de hundimiento en siete ciudades del centro del país por la extracción de agua, con el fin de proponer medidas de prevención.

 

Las ciudades de México, Toluca, Pachuca, Puebla, Querétaro, Morelia y Guadalajara comparten los problemas de hundimiento, las condiciones y los retos, explicó Dora Celia Carreón Freyre, investigadora titular de ese centro de la Universidad Nacional autónoma de México (UNAM).

 

En esas zonas cada vez se extrae agua “de mayor profundidad”, pues hace 50 años se encontraba a 30 metros de profundidad y hoy se ubica a 150 o 200 metros, ya que “hemos drenado las capas más superficiales y bajado el nivel del agua aproximadamente 100 metros”, sobre todo en la zona central del país.

 

“En general bajamos el nivel del agua subterránea uno o dos metros por año en las zonas urbanas”, advirtió.

 

La problemática va de la mano con hundimientos e inundaciones en las ciudades que fueron establecidas en los valles volcánicos que se ubican en la faja volcánica transmexicana, que forma una especie de cinturón en el centro del país.

 

“Estos valles volcánicos tenían tierra muy fértil y por eso ahí se asentaron las primeras culturas. Las ciudades tienen un problema de hundimiento generalizado de terreno, en términos geológicos se llama subsidencia”, explicó.

 

Carreón Freyre explicó que esto se debe a que el vulcanismo del centro del país es muy joven y los valles volcánicos tienen un suelo “muy heterogéneo y sensible a cualquier cambio. Sobre todo si le extraemos agua y lo sobrecargamos de infraestructura urbana”.

 

Con 16 años de investigación en el tema, la experta consideró que hoy se juntan todos los factores que desestabilizan la superficie del terreno en las zonas urbanas, tienen zonas naturales de debilidad y tienen, como elemento común, acuíferos sobre explotados.

 

Una de las metas del trabajo que se desarrolla, mencionó, es revisar el concepto de riesgo geológico para que facilite su utilización en la toma de decisiones políticas y socioeconómicas, porque hoy no se considera el riesgo geológico en los planes de desarrollo urbano.

 

El objetivo de los estudios de la investigadora es que sirvan como base para la modificación de los reglamentos de construcción, dijo, para que las empresas hagan los estudios de evaluación de riego geológico, lo que no incrementaría los costos de inversión.

 

“El problema es que hay muchos intereses invertidos en la compra-venta de estos terrenos, un mapa puede bajar la plusvalía de estos terrenos”, resaltó la investigadora titular del Centro de Geociencias de la UNAM.