CALGARY. Empresas petroleras canadienses y analistas del sector mostraron hoy su interés por la reforma energética propuesta esta semana por el gobierno de México y coincidieron en señalar que abre grandes posibilidades.

 

“Estamos siguiendo muy de cerca el desarrollo de esa iniciativa”, dijo Karl Johannson, vicepresidente ejecutivo de TransCanada, una de las principales compañías canadienses de infraestructura de energía que se enfoca en gasoductos, oleoductos y energía.

 

TransCanada tiene ya negocios “muy exitosos” de gas natural con México y “estamos buscando participar también en competencias en plantas generadoras de energía”, detalló en entrevista.

 

La empresa opera el gasoducto Tamazunchale en México, a través de su filial de propiedad exclusiva Transportadora de Gas Natural de la Huasteca.

 

“TransCanada estará interesado en nuevos gasoductos o en nuevas oportunidades en el sector eléctrico que puedan surgir de la reforma energética”, afirmó Johannson.

 

“Esperamos que nuestro amplio conocimiento y experiencia en la construcción y operación de proyectos de infraestructura energética en México sean una ventaja competitiva que podamos aprovechar”, añadió.

 

TransCanada es una de las más importantes compañías canadienses en operación de gasoductos y generadores de energía. Su principal proyecto de transportación de petróleo crudo de Alberta a Nebraska está en espera de ser aprobado por el gobierno estadunidense.

 

No ser rivales energéticos”

 

Al respecto, el embajador de México en Canadá, Francisco Suárez Dávila, declaró esta semana al diario The Globe and Mail que los tres socios comerciales de Norteamérica necesitan construir una red de gasoductos de gas y petróleo en la región.

 

“México apoya el proyecto de la empresa TransCanada en la construcción del gasoducto Keystone XL para transportar petróleo a la costa del Golfo (sureste estadunidense)”, dijo.

 

El diplomático mexicano aprovechó la oportunidad para aclarar que México y Canadá no deben verse como competidores ni como “rivales energéticos”, sino como “economías complementarias”.

 

La iniciativa de reforma energética, destacó, “representa grandes oportunidades para las empresas del sector energético canadiense, lo cual echa abajo cualquier preocupación de competitividad”.

 

Los ojos en México

 

Lisa Ciulka, vicepresidenta de Inversiones de Trinidad Drilling Ltd., basada en Calgary y especializada en labores de perforación petrolera, indicó que “si la reforma permite abrir el sector energético mexicano, eso nos dará mayores oportunidades de negocio y más clientes potenciales”.

 

“Nuestra empresa cuenta con todo el equipo con alta tecnología para las labores de perforación petrolera”, dijo la ejecutiva de esta empresa, que ya ha realizado negocios en México.

 

Por su parte, Carlo Dade, investigador de la Escuela de Desarrollo Internacional y Estudios Globales de la Universidad de Ottawa, especializado en temas internacionales, dijo que por décadas el sector privado canadiense ha dicho que estaría interesado en México.

 

En su opinión, México no necesita del capital canadiense, pero “para los canadienses esta es una gran oportunidad”. “Es importante que participemos en el desarrollo de recursos que contribuirán a la seguridad energética de Norteamérica”, acotó.

 

En entrevista por separado, Amelia Kiddle, investigadora de la Universidad de Calgary y especialista en política exterior de México en la era de Lázaro Cárdenas, dijo que “la iniciativa para reformar la Constitución dará oportunidad para revivir el debate acerca del legado de la Revolución”.

 

“Estoy segura que las compañías canadienses del sector energético estarán interesadas en el potencial de oportunidades que esta iniciativa representa”, apuntó.

 

En un reciente análisis sobre la iniciativa de reforma energética en México, la investigadora estableció que la producción petrolera de Pemex ha decaído, lo cual refuerza los argumentos de que “ahora es tiempo de invertir”.

 

Pemex es ahora, apuntó, el segundo más grande productor petrolero de Latinoamérica -detrás de Petrobras- y ha pasado de ser el quinto al séptimo a nivel mundial.

 

“A pesar de seguir siendo uno de los mayores recursos petroleros para el mercado estadunidense, existe el temor de que México se convierta en un importador neto de petróleo para el año 2018”, indicó.