Ha sido anunciado como el “edulcorante milagroso” y el “santo grial de la industria de la comida”, debido a sus orígenes naturales y sus supuestos beneficios para la salud.

Se trata de un sustituto natural del azúcar, llamado Stevia que, aparentemente, no tiene calorías, carbohidratos y tampoco aumenta los niveles de azúcar en la sangre.

La stevia o Ka`a heé (Stevia rebaudiana bertoni) es una planta de la familia de las Asteráceas, nativa de la región tropical de Sudamérica; durante siglos se ha usado en Paraguay y Brasil para endulzar, y ahora se puede encontrar en casi cualquier supermercado.

La extracción de la stevia de la planta tiene un proceso similar al del azúcar. Consiste en remojar las hojas secas, como si fuera té, y luego separar o purificar los mejores compuestos de sabor dulce, que se conocen como glucósidos de esteviol. Los extractos concentrados son 300 veces más dulces que el azúcar.

Actualmente, la azúcar refinada está relacionada con la obesidad. Y la obesidad ahora es descrita como una epidemia. La stevia tiene el potencial de ayudar con el control de peso, la salud bucal y la diabetes, según Laura Wyness, científica nutricionista de la British Nutrition Foundation.

A pesar de que se ha estado vendiendo en Japón durante casi 40 años, no fue sino hasta 2008 que en Estados Unidos se aprobaron los productos con esta planta como un aditivo de la comida. En la Unión Europea no fue sino hasta 2011.

Detalle hoja de stevia

Peeero…

Hasta aquí, todo suena muy bien. Pero estos posibles beneficios médicos también los tienen los edulcorantes artificiales bajos en calorías que han estado en el mercado durante años, como la sacarina y el aspartame.

El portal BBC Mundo entrevistó a la periodista de alimentos y presentadora de televisión británica Stefan Gates, quien señala que los glucósidos de esteviol permanecen intactos y químicamente sin cambios a través de todo el proceso.

En contraste, durante mucho tiempo los edulcorantes artificiales como el aspartame -usado en refrescos como Diet Coke- han sido objeto de controversia.

El aspartame se ha vinculado con el cáncer, y a pesar de que nunca ha habido una prueba sustancial, la gente se mantiene alerta de la palabra “artificial” cuando de comida se trata.

“Hay una desesperación en la industria alimentaria para poder ofrecer las cosas como ‘sin X añadidos’ “, dice Gates el portal de la TV británica. “Si se puede etiquetar tu producto como ‘libre de’ algo, tienes una gran ventaja en el mercado, porque la gente se deja influenciar por las noticias que alimentan la paranoia sobre la comida”.

La Asociación de Nutricionistas Británicos y la de Diabetes UK no hacen distinción entre sus consejos para los edulcorantes artificiales y la stevia.

“Tenemos una escasez de datos”, dice el experto Robert Lustig, autor de “La Amarga realidad sobre el azúcar” (Fat Chance: The bitter Truth About Sugar) quien también se niega a defender a los edulcorantes alternativos por la misma razón.

El especialista agrega que lo que no sabemos son los efectos a largo plazo de los edulcorantes como stevia, como por ejemplo si estos compuestos afectan las hormonas que alteran la función cerebral.

No sabemos cómo responde el cuerpo al ser preparado para un azúcar que nunca recibe, agrega. “Puede ser que engañe al cerebro haciéndole creer que necesita liberar más insulina”, lo que según Lustig, podría negar cualquier supuesto beneficio para bajar de peso.

Y debido a que tanto la FDA como la EFSA no exigen estos estudios, no hay un incentivo para la industria de la alimentación en hacerlos. “Estamos en un callejón sin salida”, advierte el experto.