ruben-hernandezLa propuesta que revolucionó en 2006 el concepto de un evento gastronómico en escenarios espectaculares, con plataformas a 45 metros de altura, llega a México, teniendo a Gloutonnerie y Brasserie Lipp, del grupo restaurantero G3, como anfitriones de esta experiencia.

“Es para nosotros un reto brindar el mejor servicio fuera de nuestro espacio habitual y llevarlo a las alturas, ya que bajo estas circunstancias hay que tomar en cuenta factores como el clima que pueden alterar la presentación de los platillos y sus sabores”, dice Miguel Angel Cooley, propietario de Gloutonnerie y Brasserie Lipp.

“Dinner in the Sky tiene operaciones en Bélgica, Holanda, Alemania, Eslovaquia, República Checa, Hungría, Bulgaria, Finlandia, Dinamarca, Suecia, Italia, Turquía, Dubai, Israel, Sudáfrica, Australia, Canadá, Chile y Estados Unidos. Nos hemos expandido a puntos como Rusia, Rumania, Eslovenia, Chipre, Ucrania, India, Brasil, Reino Unido y Singapur, entre otros.


“No hay nada como disfrutar una comida al aire libre, o una serenata nocturna gozando de un estupendo vino. ¿Pero qué tal si a esto añadimos la emoción de estar en los aires?”, dice David Ghysels, fundador de Events in the Sky.

Esta estrategia única de marketing, dice, comenzó en la búsqueda de dar un giro inesperado al ya de por sí eufórico despegue de las estrellas de la alta gastronomía.

Bélgica, donde se encuentra la sede de la empresa, es protagonista de la lista de más de 45 países donde se han realizado los originales convites de Dinner in the Sky, cuyos más recientes eventos han sido en Qatar, Marruecos y Las Vegas; además del reciente Brussels in the Sky, parte esencial de Brusselicious, un ambicioso festival gastronómico enfocado a promover la capital de Bélgica como destino turístico, con el trabajo de chefs locales, reconocidos con estrellas Michelin, como Yves Mattagne, de Sea Grill**; Lionel Rigolet, de Comme chez Soi**; Pascal Devalkeneer, de Chalet de la Forêt**; David Martin, de La Paix*; Giovanni Bruno, de Senzanome*; Gaetan Colin, de Jaloa*; y Luigi Ciciriello, de Truffe Noire*.

TIRANDO MUY ALTO

Dinner in The Sky hizo su debut en 2006, proveyendo una plataforma celestial a top chefs, entre ellos Pierre Gagnaire, Paco Roncero, Bernard Vaussion, Marc Veyrat, Guy Martin, Michel Roth, Patrick Berton, Régis Ferrey, Yannick Alleno y Frédréric Anton, utilizando además escenarios espectaculares, como la catedral de Notre-Dame d’Amiens, en Francia.

“Nuestro cliente, la asociación culinaria Jeunes Restauranteurs d’Europe, nos consultó sobre la mejor manera de comunicar que estaban en la cima de la gastronomía. Hicimos una lluvia de ideas y alguien sugirió un encuentro en el que los comensales estuvieran suspendidos en las alturas”, indica Ghysels.

“Cada evento ha sido único, pero sin duda uno de los que más me ha impresionado fue el que hicimos con Alain Passard en las afueras de la catedral. Era nuestro primer evento en Francia con un tres estrellas Michelin.

“Yo estaba sorprendido de que nos dieran la autorización para hacerlo. A pesar de que había alerta roja de tormenta, durante la fiesta las nubes abrieron y el cielo lucía brillantemente azul”, recuerda.

De igual modo recuerda otro momento en Helsinki, Finlandia: “Fue una noche de celebración. Era impresionante porque arriba de nosotros lucían los fuegos artificiales y debajo de nuestra mesa estaba un lago donde la gente de la ciudad suele pasear en sus botes, llevando velas y linternas. No sabes lo que era estar en medio de las estrellas”.

ANTE TODO MUY SEGUROS

En sintonía con estrictas medidas de seguridad, los invitados a los eventos son asegurados en cada uno de los 22 asientos disponibles, antes de comenzar la comida. La plataforma de 9×5 metros de servicio es elevada de la superficie por una grúa de 120 toneladas, en aproximadamente un minuto. Benji Fun es la empresa socia en esta labor.

“Exclusividad y seguridad son las palabras de oro en la organización. Los conceptos son desarrollados de acuerdo con la norma alemana DIN 4112, una de las más exigentes en su rubro. Los productos son fabricados en Bélgica bajo el control de Rheinland TÜV. Poseen autorizaciones oficiales en países como Estados Unidos, Canadá, Australia y Sudáfrica”, dice Ghysels.

Añade que el chef se ubica en la parte central de la plataforma, con una posición estratégica para el servicio, ya que el espacio de trabajo es muy modesto. Más que una limitación, los cocineros han asumido esto como un desafío.

“Recuerdo una charla con Alain Pasard, justo antes de un evento. ‘Debes sentirte muy limitado en comparación con tu cocina’, le dije. ‘Olvídalo’, respondió. ‘Es la más excitante experiencia, ya que estás frente a 22 personas, todas ellas esperando ver qué haces. Tienes que cocinar en verdad, aquí no hay hornos, ni máquinas que te ayuden’”.

Agrega que la vista a vuelo de pájaro también impulsa la creatividad. “Cuando los chefs piensan en el menú, surgen muchas ideas porque es algo diferente. Por ejemplo, para Christian Sinicropi todo está conectado con las estrellas y la luz de la luna. En su menú jugó con los destellos de las esculturas de hielo y las combinaciones de luces, enmarcando así su gazpacho con mousse de aguacate y camarón con caviar”.

La intimidad que se mantiene con el cocinero se complementa con la experiencia única de comer en las alturas, algo que, de acuerdo con Ghysels, se remite a las experiencias infantiles y el gusto de contemplar en mundo desde los techos o los árboles.

Otro detalle, dice, es que la gente que gusta de contemplar el entorno, también disfruta ser vista por los demás.

“El servicio puede durar hasta ocho horas, y puede ser dividido o personalizado. Apoyando al chef hay un mesero y un animador. Si el servicio se divide en dos sesiones por hora, más de 350 personas pueden tener acceso a la plataforma. El costo promedio de renta es de aproximadamente 8 mil euros”, precisa Ghysels.

En el caso de México, indica la agencia INK PR la experiencia tendrá duración de una hora. Los comensales pueden elegir entre desayuno, comida o cena “con el toque especial de los chefs Anuar Estrada (Gloutonnerie) y Jacques Olivier (Brasserie Lipp). Los precios oscilarán en mi 700 y 3 mil pesos, con bebidas incluidas.

HAY VARIANTES

En los distintos países donde se ha realizado Dinner in the Sky, los banquetes pueden realizarse en campos de golf, plazas públicas, pistas de autos, castillos, viñedos y sitios históricos. Se requiere de la disposición de un área de 500 metros cuadrados, que es acordonada por cuestiones de seguridad.

“Se puede disponer de una segunda grúa con plataforma, o más si se desean, a la misma altura de la mesa principal, para el entretenimiento, como por ejemplo un grupo musical, o bien para presentaciones, como la de un automóvil.

“No estamos ante un producto terminado, porque detrás de esto hay un principio de creatividad: cada encuentro es una experiencia única. Hemos organizado los eventos siempre pensando en la innovación. Eso ha determinado desarrollar otras variantes, como Meeting in the Sky, que da la oportunidad a los empresarios para organizar presentaciones, conferencias y espectáculos para un máximo de 30 invitados”, indica Ghysels.

De igual modo cuentan con Marriage in the Sky; es decir, la posibilidad de organizar bodas en las alturas, incorporando el servicio religioso, invitados y hasta un órgano. “Los ángeles no los incluimos, pero seguramente ahí estarán, dependiendo de la fe de los asistentes”, bromea.

Dentro de sus opciones presentan el concepto Swing in the Sky, para que los golfistas puedan practicar su mejor swing.

“El lujo es lograr que los sueños se cumplan. Estoy convencido que si el lujo fuera un objeto, sería sin duda uno de los cuatro elementos. No sé si el aire, el fuego, la tierra o el agua. Tal vez sería una reunión de todos ellos”, puntualiza Ghysels.

Más información www.dinnerinthesky.com.mx

Reservaciones: reservas@dinnerinthesky.com.mx

FOTOS: Cortesía Dinner in the Sky