Situación tan injusta como previsible: que desde el día 1 se exija al Bayern Múnich de Pep Guardiola toda la gloria futbolística.

 

El sábado se disputó la supercopa alemana, reeditando además la pasada final de Champions League, y representó el primer título del año que escapa al conjunto bávaro. El mucho más hecho Borussia Dortmund se impuso al Bayern y de paso levantó todavía más –si cabe- la montaña de presión que pesa sobre el director técnico catalán.

 

Sucede que Guardiola ha heredado el mejor Bayern Múnich de la historia. Ese que lo ha ganado todo en el curso anterior y bajo el liderazgo predecesor. Conforme iba conquistándose trofeo tras trofeo en el primer semestre de este 2013 bajo la guía de Jupp Heynckes, el contexto futbolero se preguntaba: ¿cómo va a superar Pep eso? ¿Qué tendrá que hacer? ¿Cómo va a motivar a tan laureado –y quizá saciado- plantel?

 

Las respuestas tardarán en llegar, pero a esas incógnitas hay que añadir algo que puede ser un problema: el sobrecupo de estrellas. Al brillante medio campo que ya existía, se ha añadido el más talentoso jugador del Dortmund, Mario Goetze, así como la juvenil perla del Barcelona, Thiago Alcantara. ¿Quién irá a la banca? En todo caso, alguien que no esté acostumbrado a hacerlo.

 

Y mientras el Bayern empieza a acaparar balón al estilo Barça, y mientras sus elementos se disciplinan a recuperar inmediatamente la posesión, circula tanto como la pelota un halo de incertidumbre porque la expectativa no puede ser menos que eso. Ha llegado el estratega más consagrado del último lustro al equipo más dominante de Europa en el último año: como para esperarlo todo y de inmediato… Más, si se considera que en su temporada debut en el Barcelona obtuvo el récord de los seis títulos (liga, copa, Champions, supercopa local, supercopa europea y Mundial de clubes), algo que ya no será posible en esta ocasión con los bávaros.

 

En defensa de Guardiola, apuntar que no contó con elementos básicos (Dante, Javi Martínez, Neuer, Ribery, Goetze mismo) y que apenas inicia su camino. Hoy cuesta recordarlo, pero el inicio de Pep con el Barcelona no fue particularmente promisorio con cinco partidos sin ganar; de hecho, aquel equipo no consiguió ocupar el liderato en España hasta la jornada 9.

 

Sucede que en esto del futbol la ansiedad gobierna, que hay demasiada prisa por extraer conclusiones. Guardiola ha llegado al club muniqués para tejer un proyecto a larguísimo plazo, con la atenuante de al mismo tiempo ser exitoso en el día a día.

 

Por eso digo que esta situación podrá lucir injusta dada la cantidad de tiempo que el entrenador lleva ahí y las ausencias que pesan a su plantel… Injusta, pero al mismo tiempo previsible, porque Guardiola fue contratado por el Bayern para superar lo que en términos de números no parece superable. Si acaso lo superará, y con el tiempo, en la forma de jugar.

 

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