RÍO DE JANEIRO. Horas después de que la seguridad del papa Francisco fuera rebasada por la multitud de fieles en su ruta del aeropuerto al Palacio Guanabara, los estrategas del Vaticano y de los organismos de seguridad brasileños decidieron ayer diseñar estrategias de seguridad más eficientes para garantizar los futuros desplazamientos del pontífice, entre ellos el de este miércoles al estado de Sao Paulo.

 

Con el papa Francisco viajaron desde Italia, el comandante Domenico Giani, del Cuerpo de la Gendarmería; el teniente coronel Christoph Graf, y el capitán Lorenzo Merga, de la Guardia Suiza Pontificia. Ellos son los responsables directos de la seguridad del prelado, así como Mauro de Honoratis, Gianluca Gauzzi , Luca Cintia, Davide Giulietti y Luigi Trombetta. Ese equipo fue designado, desde el Vaticano, para acompañar el viaje del pontífice a Brasil en los recorridos que realice en el marco de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud.

 

Todo ese equipo de élite fue superado. Así como Alberto Gasbarri, designado por la Secretaría de Estado Vaticano como coordinador de viajes del Papa. Este hombre de 52 años, padre de familia, fue postulado por Jorge Mario Bergoglio para preparar los viajes apostólicos y con él se reunieron las autoridades brasileñas para discutir ayer martes la futura estrategia de seguridad del pontífice.

 

Al comentar sobre los errores de logística en que incurrió la caravana que transportaba al Papa la tarde del lunes del aeropuerto Antonio Carlos Jobim hacia su cita con la presidenta brasileña Dilma Rousseff, el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, descartó que exista temor por la seguridad del pontífice y atribuyó a “un pequeño error de ruta” que el automóvil del jefe de Estado fuera copado por la multitud.

 

El vehículo que transportaba al líder de la Iglesia católica fue inmediatamente abordado por madres que llevaban a sus hijos a la ventanilla abierta del Fiat que él insistió en abordar. La seguridad personal del pontífice estaba desbordada, con gran tensión mientras intentaban infructuosamente rechazar a decenas de personas que aumentaban a cada segundo en su afán de saludar al Papa, quien habría pedido al conductor que redujera la velocidad del auto para corresponder a sus fieles.

 

Tras esa situación, se decidió transportar al prelado en el papamóvil. Lombardi admitió que esa situación causó “un poco de estupor y preocupación para algunos”, aunque insistió que reflejó el interés de la gente por un Papa que atrae por su espontaneidad y consideró que fue una lección útil para evitar inconvenientes en los próximos días.

 

En su propio recuento de esos “errores” las autoridades locales admitieron que el lunes hubo fallas de comunicación entre todas las fuerzas participantes: la Policía Federal, la Policía Civil, la Policía Ferroviaria Federal, elementos del Ejército, Marina y Aeronáutica, así como la Policía Militar de Río.

 

Otro debate en torno a la seguridad de la comitiva papal fue el hallazgo, de la policía brasileña de un artefacto explosivo en el santuario de Aparecida, en Sao Paulo. Sobre el hecho, Lombardi comentó que “más que bomba era un pequeño artefacto artesanal encontrado en un baño público”, por lo que las autoridades no se preocuparon mucho” al respecto.

 

Contener a los evangélicos

 

La doble misión del papa Francisco en Brasil consiste en: intentar contener el auge de las organizaciones evangélicas pentecostales y atraer a los fieles alejados de la Iglesia Católica que cada día se declaran “sin religión”. Esos objetivos son los que pretende impulsar en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud.

 

Algunos analistas consideran que la segunda misión, la de atraer a más fieles al catolicismo, es particularmente difícil en Río de Janeiro, una ciudad con la tasa más baja de creyentes católicos entre todas las ciudades del país y que para muchos representaría la crisis del catolicismo en Brasil, a pesar de que ese país reúne al mayor número de católicos en el planeta, con unos 123 millones.

 

Sin embargo, el último censo de 2010 reveló que por primera vez el ritmo ascendente de católicos disminuyó en Brasil frente al crecimiento de los evangélicos que ganaron 20 millones de seguidores, con lo que totalizaron 26.5 millones. Otro sector al alza es el de los “sin religión” que de ser 12.5 millones en el año 2000, aumentaron a 15.3 millones en 2010.

 

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La jornada de hoy

 

SAO PAULO. Cientos de fieles católicos esperan desde hace dos días al papa Francisco en el Santuario de Nuestra Señora Aparecida, en el estado de Sao Paulo, para asistir a la misa que ofrecerá. El líder de la iglesia católica solicitó expresamente visitar esta basílica, situada en la ciudad de Aparecida del Norte, a 180 kilómetros de Sao Paulo. Para ingresar a la basílica y a la ceremonia, los miles de fieles deben portar un brazalete amarillo que será repartido horas antes del inicio de la ceremonia. Está previsto que el Pontífice dé la bendición fuera de la basílica.

 

La basílica de Nuestra Señora Aparecida se construyó en 1834. En 1929 el papa Pío XI proclamó a la virgen de Nuestra Señora de la Concepción Aparecida como la Santa Patrona de Brasil. En 1980, la visitó Juan Pablo II y consagró el santuario. En el 2007, fue sede de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, inaugurada por el papa Benedicto XVI y sólo en 2012 recibió 11 millones 114 mil 639 visitantes.

 

En la zona destinada al público podrán acceder 12 mil personas, mientras que se reservaron tres mil asientos para el alto clero, autoridades brasileñas e integrantes de la comitiva papal. Los fieles que no puedan acceder al Santuario de Nuestra Señora Aparecida podrán presenciar el evento por pantallas gigantes.

 

La seguridad de esta actividad religiosa estará a cargo de cinco mil agentes de las Fuerzas Armadas, la Policía Federal, la Policía Civil, la Policía Militar y la Guardia Municipal. Jorge Mario Bergoglio llegó la víspera a Río de Janeiro, en su primer viaje internacional como Papa, para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), visita que sólo contempla esa ciudad y Aparecida.

 

A su retorno a Río, el pontífice hará el primer legado social de la Jornada Mundial de la Juventud a los fieles brasileños. Se trata del Hospital de Salud Mental Integral para Farmacodependientes. El Papa inaugurará la sección destinada a la hospitalización de las personas con dependencia. (Con información de Notimex)