WASHINGTON. Las tensiones por el ciberespionaje y los sistemas de defensa de misiles se mezclaron en conversaciones sobre cambio climático, energía, comercio y un análisis sobre Corea del Norte, durante la primera jornada del Diálogo Estratégico y Económico anual entre Estados Unidos y China.

 

Los titulares de Exteriores y Economía de ambos países y sus delegaciones trataron esos asuntos en un ambiente “franco” y de “cooperación”, según indicaron altos funcionarios estadounidenses a los periodistas al término de la jornada.

 

“La delegación estadounidense planteó sus preocupaciones sobre el robo cibernético y los asuntos de propiedad intelectual”, aseguró un alto funcionario, que pidió el anonimato.

 

La reunión tuvo lugar poco después de que el vicepresidente estadunidense, Joe Biden, aseguró que el “robo cibernético” chino a las compañías de EU “tiene que parar”, y supuso la primera vez que ambos países conversan sobre ciberseguridad en su encuentro anual, que celebra su quinta edición.

 

Los dos países examinaron “formas de construir respeto mutuo y confianza en el ciberespacio” e hicieron “propuestas concretas”, según la fuente, además de acordar tratar de nuevo este tema en su reunión del año que viene.

 

Las tensiones al respecto han aumentado desde febrero, cuando un informe privado denunció que buena parte de los ciberataques contra EU. tiene su origen en una unidad del ejército chino; y a ellas se han sumado las quejas de Pekín por las revelaciones sobre el espionaje estadunidense a China.

 

“Hemos dejado excepcionalmente claro que hay una gran diferencia entre la recolección de inteligencia que hacen y el robo de propiedad, algo que nosotros no hacemos y creemos que ningún país debe hacer”, señaló un segundo alto funcionario estadounidense.

 

El diálogo incluyó además, por primera vez, conversaciones sobre asuntos nucleares y de defensa de misiles, centradas sobre todo en la preocupación de China por el despliegue de 14 misiles interceptores terrestres adicionales en las instalaciones militares de Fort Greely (Alaska), anunciado por el Pentágono en marzo.