La cocina tailandesa es deliciosa y tiene una variedad increíble. Al llegar a Tailandia, durante los primeros meses, me dediqué a probar tantos platillos como pude: ensaladas, currys, pescados y mariscos, que son lo más recomendable, especialmente el cangrejo vivo, que es mi favorito.
Pero hay un fenómeno que le sucede tarde o temprano a todos los expatriados aquí: un día desperté y supe que no podía comer ni un Pad Thai más; necesitaba un descanso del sazón asiático y me urgía encontrar el confort de la comida occidental. Pero no sólo eso, además, necesitaba comida mexicana.
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