Según el Índice Global de Innovación 2013 (GII-2013) dado a conocer por la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI) esta semana, México remontó 16 lugares al pasar de la posición 79 a la 63 de entre 142 países. Esto parece una buena noticia, pero, ¿qué es lo que en realidad nos dice este reporte?

 

Catalogado como país emergente de ingreso medio, México repunta 16 sitios en esta versión del GII, luego de que el año pasado perdiera tres lugares con respecto de 2011, al pasar del lugar 76 al 79. Hace un año, el total de países considerados fue de 141; en 2013 se incluyó a Barbados y este dato, por sí solo, tiene implicaciones que afectan el promedio. Visto así, nuestro país ha mejorado en 18 lugares su posición en este ranking, en tan sólo dos años.

 

El GII-2013, que elabora la OMPI en conjunto con el INSEAD (Institut Européen d’Administration des Affaires) y la Universidad Cornell, muestra debilidades y fortalezas. Del lado de las debilidades destaca que, a pesar de su repunte, México todavía está por debajo de países similares como Costa Rica, que se situó en el lugar 39; Chile, 46; Uruguay, 52; Argentina, 56, y Colombia, 60.

 

En las fortalezas, nuestro país puede consolidarse como potencia en la generación y exportación de bienes creativos; ambiente de negocios y facilidad para resolver temas de insolvencia o en el dinamismo del comercio exterior. Estos aspectos pueden representar una excelente oportunidad para aprovechar el potencial de creatividad de los mexicanos. Ahí hay un campo fértil para apostar a la innovación, mejorar las competencias y aprovechar mejor las vocaciones regionales.

 

Al mirar detalladamente la construcción del GII-2013, destaca la gran dificultad que implica hacer un comparativo de diversos países cuyos datos no se encuentran totalmente normalizados o actualizados. Se trata de un promedio general que se construye a partir de la razón de eficiencia en innovación, que es una escala de medición entre el subíndice de insumos de innovación y el subíndice de productos de innovación.

 

Estos dos subíndices se obtienen a partir de una serie de siete pilares o indicadores generales. El subíndice de insumos promedia indicadores como: instituciones, capital humano e investigación, infraestructura, sofisticación o complejidad de mercado (market sophistification) y complejidad de negocios (business sophistification).

 

Por su parte, el subíndice de productos de innovación promedia los indicadores de conocimiento y productos de tecnología, y los productos creativos. Dentro de éstos hay otros indicadores más precisos, como bienes intangibles, servicios y bienes creativos, y creatividad on line, que es donde México resultó mejor posicionado.

 

Otro dato es que en la versión 2013 el GII tuvo ajustes en sus marcos conceptuales y metodológicos que influyeron directamente en el posicionamiento de las economías/países. Así, por ejemplo, la incorporación de una visión holística afecta positivamente a naciones como la nuestra, cuya riqueza cultural es inmensa. Cabe destacar que en este rubro México avanzó 13 lugares; en tanto que mejoró otros cuatro sitios por haber actualizado sus datos estadísticos, lo que arroja un remonte total de 17 posiciones, pero como ya lo dijimos, este año el ranking incluyó a Barbados, lo que da en realidad un repunte de 16 lugares.

 

Si bien el reporte GII-2013 no es para echar las campanas al vuelo, sí es una hoja de ruta que nos ayuda a ir en la dirección correcta. Ahí se plasman oportunidades que México puede y debe aprovechar.

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