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El verano ha llegado y con él, la temporada de vacaciones. Dicen los expertos que cuando uno regresa de vacaciones, además de recargado de energía, también es frecuente sufrir nostalgia por esos días disfrutados. Vacations Blues le llaman en inglés. Dicen que la cura es empezar a planear las siguientes vacaciones.

En algunas ocasiones, sin embargo, esa añoranza se convierte en estrés porque gastamos de más. Por eso, vacacionar de manera inteligente es también cuidar las finanzas personales.

Aquí van algunos consejos útiles para que las vacaciones no te quiebren:

Prepara un presupuesto. Aunque esto suena lógico, recordemos que es frecuente que cuando la estamos pasando bien, a veces incurramos en gastos imprevistos para comidas, compras o actividades que no teníamos planeadas, bajo el argumento de “ya estamos aquí” y “lo bailado nadie te lo quita”. La idea no es eliminar la espontaneidad de la vacación, pues luego esas son las mejores anécdotas, sino planear un guardadito extra para esos gastos del momento.

Planea con anticipación. Generalmente, se pueden conseguir mejores tarifas de hotel y transporte cuando se reserva con anticipación. Incluso, algunas tarjetas de crédito otorgan puntos que pueden ser canjeados por noches de hotel o boletos de avión, si se compran con tiempo.

Utiliza con cuidado el crédito. Las tarjetas de crédito son un medio idóneo para comprar viajes y gastar durante las vacaciones. Algunos bancos ofrecen promociones de meses sin intereses en los gastos en esta temporada. Pero recuerda, el crédito se tiene que pagar en algún momento. Así que haz un uso moderado de él de acuerdo a tus posibilidades y que no sufras los meses siguientes por los intereses o dañes tu historial crediticio por falta de pago.

Utiliza tarjetas de débito en lugar de efectivo. Las tarjetas de débito pueden ser ideales para usar en las vacaciones, pues reducen la necesidad de llevar efectivo y, en consecuencia, son más seguras. Además, te permiten controlar el gasto pues puedes saber exactamente en qué gastaste y, por naturaleza, no te permiten gastar más de lo que tienes. Si bien el dicho es que “el que convierte no se divierte”, otra ventaja es que si viajas al extranjero, frecuentemente puedes obtener mejor tipo de cambio usando una tarjeta de débito al sacar dinero del cajero automático a que si llevas efectivo o cheques de viajero y, de paso, no te preocupas porque se te pierdan los cheques o te roben. Eso sí, anota el teléfono para reporte de robo o extravío en algún lugar y deja esos datos en un sitio diferente al de tu cartera.

Obtener una tarjeta de débito es muy fácil, pues sólo requieres abrir una cuenta bancaria y no importa tu status en el buró de crédito. De hecho, cada vez existen más bancos en México en los cuales puedes abrir una cuenta sólo con tu identificación oficial y un comprobante de domicilio.

Así que ya no hay pretexto para no contar con una tarjeta de débito que te ayude a planear el itinerario financiero de tus vacaciones veraniegas.