La obsesión por los productos milagro, no es nueva. Todos queremos una solución inmediata a lo generado por años de descuido y una vida poco sana. ¿Alguien ha sido beneficiado alguna vez por algún milagro? Exacto, yo tampoco.

Nuestro cuerpo se regenera día con día. Hay partes de nuestro cuerpo que se regeneran en una cuantas horas, otras que tardan más tiempo, hasta aquellas (pocas) que no se regeneran nunca (óvulos, neuronas, huesos, corazón…). Un gran porcentaje es renovado continuamente con el tiempo.

Debemos tener a la mano el material óptimo para lograr que las células, así como su proceso de regeneración, sean lo mejor posible. Esta es la razón más poderosa detrás del argumento de que uno es lo que come. Es cierto que influyen otros factores en el proceso, pero los materiales empleados en nuestra reconstrucción son obtenidos, en buena parte, de lo que comemos.

SSa-caplet

No hay una sola prueba científica que demuestre que tomar una pócima de gladiola ártica nos cure del cáncer. El equivalente sería que un día salga una pastilla que anuncie que con tomar una sola podremos volar. Si no existe un producto como ese es porque el fraude que representa sería fácil de detectar. En cambio, cuando una persona tiene cáncer, deposita su confianza en lo que sea para lograr sanar. Cosas que no ofrecen la posibilidad de demostración externa inmediata no se venden como productos milagro, sino sólo aquellas cosas que actúan internamente.

Pero, ¿existen los productos milagro que nos pueden curar de cualquier mal? No. Lo que más se les parece no cuesta una fortuna, ni se compra por teléfono o se anuncia en la tele. Se consiguen en mercados o tiendas de autoservicio. Estos nos ayudan a prevenir –no curar– algún problema de salud, no por arte de magia, sino por constancia. Me refiero a las frutas y verduras. Y el peor veneno es todo tipo de productos procesados que se comen (no son alimentos).

De lo que se trata no es de corregir un problema de salud una vez que se presente, sino en prevenir que ocurra. Ya que nos dio, como dicen los académicos reconocidos, ya nos fregamos. Pero, si nos cuidamos un poquito todos los días, haciendo del cuidado personal un hábito, entonces muy probablemente nos libraremos de muchos males. Las verduras y frutas, junto con un estilo de vida saludable, harán que nos mantengamos sanos y que no llegue el momento en que tengamos que corregir un problema de salud serio. Esos son lo más cercano a productos milagro, son hábitos milagro, que sería más recomendable hacerlos nuestros.