LONDRES. El Gobierno británico ha dado luz verde a un revolucionario y controvertido tratamiento de fecundación ‘in vitro’ (FIV) que utiliza el ADN de tres personas y destinado a impedir el desarrollo de enfermedades mitocondriales.

 

El Gobierno confía en elaborar un borrador de ley a finales de año para que el tratamiento pueda ser ofrecido a las parejas dentro de dos años, lo que convertiría al Reino Unido en el primer país del mundo que aplica esta técnica, según los medios británicos.

 

La prueba, desarrollada por expertos de la Universidad de Newcastle (noreste de Inglaterra), es conocida como transferencia de mitocondria y consiste en una modificación genética del embrión al incorporarse una pequeña parte del ADN de un tercer donante sano.

 

Las mitocondrias son orgánulos celulares encargados de suministrar la mayor parte de la energía para la actividad celular, sobre todo para el funcionamiento de órganos vitales.

 

Y las enfermedades mitocondriales son desordenes resultantes de la deficiencia de una o más proteínas en las mitocondrias, por lo que pueden afectar el corazón, el cerebro y los músculos.

 

Los científicos estiman que una de cada seis mil 500 personas nace con un desorden mitocondrial.

 

La médica asesora del Gobierno, Sally Davies, se ha mostrado a favor de poner en marcha este tratamiento “lo antes posible”.

 

Davies ha señalado a la prensa que las enfermedades mitocondriales han tenido un “impacto devastador” en las familias pues hay gente que ha tenido que vivir con estos desórdenes, que son pasados de la madre al bebé.

 

Antes de que el Gobierno diera luz verde a esta técnica, que deberá ser aprobada por el Parlamento, la Autoridad de Fertilización Humana y Embriología (HFEA, siglas en inglés) llevó a cabo una encuesta entre la población y concluyó que hay un respaldo bastante amplio a favor de este tratamiento.

 

El profesor Doug Turnbull, que encabezó este tratamiento, dijo que esta es una “noticia excelente para las familias con enfermedades mitocondriales. Esto le facilita a las mujeres que tienen estos genes defectuosos más posibilidades de reproducción y la oportunidad de tener niños sin enfermedad mitocondrial”.

 

No obstante, la prueba ha recibido críticas de algunos grupos que consideran que hay un riesgo de caer en el “diseño de bebés”.

 

La portavoz del Centro Cristiano de Bioética, Helen Watt, criticó el tratamiento porque considera que se crea un embrión con “distintas partes”.

 

“Ser padre es recibir niños de manera incondicional. No se trata de fabricar o controlar. Las parejas que no quieren correr el riesgo de pasar (a los bebé) la enfermedad mitocondrial pueden considerar alternativas éticas como la adopción, que son preferibles a una técnica peligrosa de ingeniería genética”, agregó Watt.