México, que se encuentra al borde de la eliminación, recibió el miércoles impactantes noticias: perdieron dos equipos a los cuales les puede dar alcance y ahora depende de sí mismo para clasificarse a los octavos de final del Mundial Sub20.

 

Egipto y Nueva Zelanda se quedaron sin puntos y si México vence a Malí el viernes podría colarse entre los mejores cuatro terceros de los seis grupos, eso sin contar la jornada del jueves en los que algunos de los colistas le daría otra mano.

 

Egipto perdió 2-1 con Irak, mientras Nueva Zelanda sucumbió 2-0 ante Uruguay.

 

Con estos resultados, la suerte de México está en sus manos.

 

Partiendo de la base que tiene que vencer a Malí el viernes en Gaziantep, México antes necesitaba que el jueves Estados Unidos, que tiene un punto, no venza a Ghana (1) y que Corea del Sur (4) derrote a Nigeria (3) en sus respectivos grupos. Todo eso sin contar que antes y después hay otros partidos cuyos resultados serían tomados por los aztecas como agua fresca en el desierto.

 

También hay otros dos choques el jueves que solo pondrían en peligro a México si Cuba (0) golea a Portugal (4) y si otro tanto hace Ghana con Estados Unidos. Los caribeños tienen un gol a favor y cinco en contra (menos cuatro) y los africanos 1-4 (menos tres).

 

Pero ahora, México ve su futuro color de rosa.

 

Embargado por la angustia de figurar último sin puntos en su grupo, México tiene la ventaja que en ambos partidos perdió por la mínima diferencia __2-1 con Grecia y 1-0 ante Paraguay__, lo que da menos dos.

 

México ya no puede alcanzar en el Grupo D a Grecia y Paraguay, que tienen cuatro puntos, pero sí superar la línea de Malí (2) y meterse en la conversación entre los demás terceros.

 

“Mientras hay vida hay esperanzas”, dijo el técnico mexicano Sergio Almaguer tras la derrota con Paraguay. “No podemos bajar los brazos, la clasificación está complicada pero vamos a intentarlo”.

 

Resulta increíble ver a México en terapia intensiva, a poco más de semana de haber aterrizado en Turquía entre los candidatos al título.

 

Dos derrotas en otros tantos partidos son un golpe demoledor para cualquier equipo con aspiraciones. México no encuentra el rumbo para el gol y entre Marco Bueno, Jesús Corona, Uvaldo Luna y compañía desperdiciaron dianas cantadas. Además, cuando lo atacan se desnudan sus falencias defensivas.

 

Esa falta de puntería solo la suplió el centrocampista Jorge Espericueta, con un gol de tiro libre ante Grecia, además de haber estrellado otro en el travesaño por esa misma vía, que sobre la hora pudo haber sido el empate ante Paraguay.

 

Para el capitán y defensor Jorge Briseño, el bajón de México no solo pasa por lo futbolístico, sino que podría tener componentes anímicos.

 

“No sé si nos falta carácter, voluntad… No sé; a veces no reaccionamos como se debe”, dijo el “Pollo” Briseño. “La verdad que el equipo ha ganado en llegadas y no le hemos concretado. Pero los rivales tienen una y nos la meten, se tiran atrás y ya no la forma, nos desesperamos y eso no nos da resultado”.

 

México puede revertir su historia: ya tuvo su ayuda…Solo necesita ganarle a Malí y con varios goles de diferencia.