Hace 30 años, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) realizó un estudio sobre el sector de la economía informal en América Latina, y el diagnóstico no han cambiado en este tiempo.

 

De acuerdo con Thomas Wissing, director adjunto de la oficina de países de la OIT para México y Cuba, aunque en el país se tiene una de las tasas de desempleo formal más bajas de la OCDE, con apenas 5%, al mismo tiempo 60% de la población económicamente activa trabaja en la informalidad, similar a la de hace tres décadas.

 

“Esto se debe, en gran medida, de la falta de atención al tema. En los últimos años hemos visto soluciones parciales al problema de la informalidad, pero no un enfoque integral ni voluntad política para buscar una solución real”, comentó Wissing en entrevista telefónica con 24 HORAS.

 

El especialista señaló que el tema debe ser prioritario en los siguientes años “porque tener 60% de la población en la informalidad no le conviene al país”, y aunque no es un problema que se resuelva en un sexenio, este gobierno “tiene la oportunidad de dar pasos importantes para reducir esta tasa y demostrar que hay soluciones”.

 

La tasa de empleo informal en México es superior a la que se promedia en América Latina, que es de 47%. Ante ello, Weissing acotó que el gran reto para lograr la formalización del empleo es diseñar políticas públicas, estrategias, mecanismos y programas integrales que impulsen el crecimiento económico y la productividad en todos los sectores y empresas.

 

“La reforma laboral no va a ser suficiente si no se articula con otras políticas de crecimiento económico, desarrollo empresarial, acceso a financiamiento y desarrollo de cadenas productivas, por ejemplo; aunque no se puede decretar por ley otra realidad económica, esta reforma tienen un impacto positivo al abrir espacios para una mayor incorporación de trabajadores en la economía formal si se integra con otras estrategias”, puntualizó.

 

PROBLEMA MULTIFACTORIAL

 

Existen diversos factores que si bien no promueven la informalidad, sí desmotivan a los trabajadores a regularizar su situación laboral, como el caso de la normatividad.

 

“Según el Banco Mundial, en México se dedica un día de la semana a realizar trámites fiscales, cuando el promedio en los países de la OCDE es de medio día, además de que hay mucha tolerancia hacia la informalidad”, apuntó el representante de la OIT en nuestro país.

 

Weissing agregó que hay países que tienen tasas de informalidad más bajas pero mayor porcentaje de desempleo formal, y esto tiene que ver con que a su población no le resulta tan fácil trabajar fuera de la normatividad o las leyes, como en México.

 

Esto ha derivado en que dentro de la informalidad laboral existan diversos sectores de la población. Uno de los principales es el de los jóvenes, que de acuerdos con el funcionario de la OIT tienen una problemática particular debido a la desarticulación entre el sector educativo y los centros de trabajo, lo que propicia que en México la tasa de desempleo entre los jóvenes alcance 9%, el doble del promedio entre los países de la OCDE.

 

“También abunda una serie de obstáculos de género, que implica una tasa de informalidad y desempleo alta entre mujeres, porque buscan combinar sus responsabilidades en el hogar con un trabajo formal y esto muchas veces no es posible”, señaló Wissing.

 

De igual modo, el especialista subrayó el problema del trabajo infantil. De acuerdo con cifras oficiales, en México hay tres millones de menores de edad que trabajan, de ellos un millón tiene menos de 14 años, y dos millones laboran en condiciones inadecuadas.

 

COOPERACIÓN CON MÉXICO

 

Tras la firma de un convenio entre la OIT y México para la construcción de un piso de protección social en el mercado laboral, el organismo internacional espera que a este tema se sumen otros actores fundamentales en el tema, como son las organizaciones empresariales y sindicales.

 

“Falta dimensionar a detalle la situación del trabajo informal: por edad, región, tipo de actividad, problemáticas específicas, etcétera. Pero el convenio funge como marco para avanzar en estudios y proyectos que nos indiquen qué tipos de políticas pueden funcionar dependiendo de los ámbitos locales o sectoriales”, explicó Wissing.

 

De acuerdo con el secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete, la mayoría de los costos de este convenio serán asumidos por la OIT, sin embargo aún no se tiene el monto del proyecto. Wissing adelantó que será en noviembre cuando se den a conocer las conclusiones preliminares de este convenio y, con ellas, la inversión.

 

“Es importante conocer a profundidad las diferentes dimensiones de la informalidad, porque muchas veces se homogeneiza ese 60% de trabajadores que está en dicha situación y se piensa en crear una política homogénea, lo que es erróneo”, concluyó.