Los indígenas de Chiapas viven en peores condiciones que hace 20 años, cuando se levantó en armas el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y pese a las enormes inversiones que se han realizado en esa entidad, así lo aseveró Jaime Martínez Veloz, comisionado para el Diálogo de los Pueblos Indígenas de México de la Secretaría de Gobernación (Segob).

 

Su situación es igual al 80% de los 16 millones de indígenas del país (es decir 12.8 millones de mexicanos pertenecientes a las diferentes etnias) para quienes sólo ha habido programas marginales.

 

El funcionario agregó un agravante: En las tres administraciones pasadas contribuyeron a la explotación al quitarles en los hechos lo que les habían dado los regímenes revolucionarios: entre 96 y 98 millones de hectáreas entregadas a compañías privadas, muchas extranjeras.

 

Martínez Veloz, quien fuera dos veces diputado federal, dos veces miembro de la Comisión de Concordia para la Pacificación, y por lo tanto un especialista en el tema, atiende a la entrevista en sus austeras oficinas de la Segob.

 

¿Qué es lo que más te sorprende de Chiapas?

 

Me sorprende que tiene una nueva infraestructura, tiene un puerto de altura, un aeropuerto internacional, se redujo la cantidad de horas de trayecto de Chiapas a México a 5 horas, se hizo un gran puente sobre el río Grijalva y de Tuxtla Gutiérrez a San Cristóbal haces 45 minutos en una nueva carretera y naturalmente eso detonó a partir del levantamiento armado. ¿Cuál es la paradoja? Que las comunidades indígenas viven en las mismas condiciones que antes del 94 o peores.

 

¿Cuáles son los signos de peores?

 

Un dato muy significativo: el 17 o 20 por ciento de analfabetismo en Chiapas. Mantener a más de medio millón de chiapanecos en analfabetismo te expresa que algo anda mal cuando pudiera ser una de las acciones que el Estado mexicano pudiera asumir y los tres niveles de gobierno.

 

¿Tu empeño es ir hacia una reforma indígena?

 

En 2011, hubo una reforma al artículo 1 constitucional, donde le dan rango constitucional a los tratados internacionales. Se tiene que pactar las reglas del juego.

 

¿Se necesita un Estado garante o tutelar?

 

Garante, ellos no necesitan tutela, yo creo que la política del Estado mexicano debe garantizar el ejercicio pleno de los derechos constitucionales. O sea, se asusta mucho con el petate del muerto a los tomadores de decisiones, y lo he visto con los acuerdos de San Andrés, se decía que iban a balcanizar a fragmentar la unidad nacional, eso no lo dijeron hace 18 años, no lo dijeron los mismos que entregaron los 96 millones de hectáreas, eso es una enorme irresponsabilidad.

 

¿El Presidente ha fijado algún plazo?

 

Son buenas señales la inclusión en el Plan Nacional de Desarrollo la armonización de un marco jurídico y el establecimiento de un acuerdo para el bienestar de los pueblos indígenas permiten arropar una estrategia de esta naturaleza, pero no es un asunto sencillo, es delicado, hay intereses que están presentes y van a tratar de bloquear, obstaculizar y descalificar cualquier acción en este sentido, pero el país no puede bajo ninguna circunstancia seguir haciendo lo que hizo.

 

¿Qué intereses son los que se pueden oponer a la reforma indígena?

 

Yo creo que hay intereses económicos que estarían y son los que ha estado detrás de bloquear cualquier acción de esta naturaleza. Por el otro lado hay tabúes, patrones culturales entre comillas, donde todo lo que tenga que ver con libre determinación indígena, autonomía, es una acción separatista.

 

¿Sigue vigente la declaración de guerra del EZLN y Ejército mexicano?

 

Claro, no sólo sigue vigente la declaración de Guerra, el diálogo entre el EZLN y el gobierno federal tiene un estatus de suspensión, no de ruptura. La ruptura implicaría la reanudación de las órdenes de aprehensión en contra de la dirigencia zapatista.

 

¿Se equivocaron quienes pensaron que el EZLN estaba liquidado?

 

Ahí está la movilización de diciembre del año pasado donde 40 mil personas marcharon en silencio.

 

¿Ya se puede descifrar el mensaje de la movilización?

 

Es un mensaje claro al Estado y a la sociedad en su conjunto, a los partidos, o sea, la agenda indígena, desgraciadamente no está en el marco de la agenda nacional política.

 

¿Los zapatistas viven más o menos mal que el resto de los indígenas?

 

La constante de Chiapas es la constante del país. Más o menos el 80 por ciento de los 16 millones de indígenas viven en condiciones de pobreza.

 

En tu valoración, ¿Cuál fue la característica de los últimos tres sexenio en materia indígena, luego del levantamiento en Chiapas?

 

Hay una constante, el tema indígena es un asunto obligado del Estado, pero atendido marginalmente, no como un asunto de Estado, y yo creo que este país no puede tener posibilidad de desarrollo si no reconoce a plenitud a sus pueblos, su potencialidad, capacidad creativa y lo que significan para el país.