El portugués José Mourinho se despidió como técnico de Real Madrid entre aplausos, silbidos y tres títulos (Copa del Rey, Liga de España y Supercopa de España), para cerrar un ciclo lleno de contrastes, así como haber impuesto su ley hasta el final con el caso Casillas.

 

En lo que fue la última incursión de “Mou” en el banquillo Merengue, se logró el triunfo por 4-2 sobre Osasuna en la fecha 38 de la Liga de España.

 

Como ocurrió en los últimos encuentros de la campaña, hoy en el Santiago Bernabéu existió división entre los aficionados madridistas, pues mientras unos mostraron apoyo y agradecimiento a “Mou”, otros recriminaron con gritos lo hecho por el luso en el equipo.

 

Mourinho causó revuelo en su despedida, más entre decenas de fotógrafos que estaban a la espera de la “toma ideal” en su último juego como entrenador madridista, lo cual habla de lo que provoca en donde esté el futuro entrenador de Chelsea.

 

Sin dar conferencias de prensa en los últimos partidos ligueros, por un “pacto” con el presidente de Real Madrid, Florentino Pérez, para no quebrantar más el vestidor, este día tampoco fue la excepción y Mourinho se fue sin declaraciones a los medios de comunicación, aunque desde el viernes envió breve mensaje de despedida.

 

“Deseo a todos los madridistas muchas alegrías en el futuro. Agradezco el apoyo de muchos aficionados y respeto la crítica de otros. Repito, muchas alegrías para todos y, principalmente, mucha salud. ¡Hala Madrid!”.

 

José Mourinho llegó a Real Madrid en 2010 proveniente del Inter de Milán con el que ganó el triplete (Liga de Italia, Copa de Italia y Champions) con la intención de acabar con el dominio absoluto del Barcelona, pero su proyecto no dio frutos.

 

En su primera campaña, el club blanco llegó a semifinales de la Champions donde perdió contra los culés, fue segundo de la Liga y conquistó la Copa del Rey, tal vez el trago más amargo de Mourinho en lo deportivo en su paso madridista fue la goliza en el clásico liguero por 5-0.

 

En el segundo año, con el club más embalado, Real Madrid se consagró en el certamen de la regularidad, conquistó la Liga de España con 100 puntos y 121 goles a favor, además fue capaz de vencer al Barça en el Camp Nou, con aquel tanto de Cristiano Ronaldo, quien festejó con el “calma, calma, aquí estoy yo”.

 

Los problemas comenzaron aparecer en la tercera campaña (2012-2013), a pesar de que empezó de buena manera con la obtención de la Supercopa de España luego de superar a los Blaugrana.

 

El vestidor comenzó a presentar problemas, se conoció la mala relación entre Mourinho y uno de los “pesos pesados”, el capitán y portero Iker Casillas, en tanto que Ronaldo declaraba estar “triste” con el club sin revelar detalles a inicios de la Liga.

 

La situación cambió y Mourinho, pese a exigir a sus jugadores una reacción liguera, esta no llegó y se enfocaron en realizar una buena labor en la Copa del Rey y en Champions.

 

A finales de diciembre, el timonel envió al banquillo de suplentes a Casillas, de quien dijo andaba en “mal momento”, le dio oportunidad a Adán pero éste no respondió a las expectativas.

 

En enero Casillas regresó a la titularidad pero un percance con Alvaro Arbeloa que le produjo fractura en una mano lo alejó de los terrenos de juego durante más de un mes, lo que propició la llegada de Diego López, a quien Mourinho dio preferencia.

 

Paulatinamente aparecieron los aficionados defensores de Iker, así como algunos jugadores, Pepe en particular. Ya nada fue igual, la prensa inglesa comenzó a vincular a Mourinho con el Chelsea y el mismo técnico reiteró su anhelo de volver a Inglaterra.

 

José Mourinho se fue del Real Madrid con medio objetivo cumplido y dejando un vestidor roto y aunque en duelos directos supo frenar el dominio del Barça, tampoco pudo conquistar la décima Champions luego de tres semifinales seguidas.