Para dejar el cigarro los métodos son muchos: chicles, parches, acupuntura, hipnosis; lo difícil es lograrlo: la mayoría lo logrará hasta la tercera o cuarta vez que lo intenta, según estudios del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER).

 

“Ningún adicto al tabaco quiere dejar de fumar, porque es algo que les da placer; cuando se deciden les cuesta trabajo, muchos incluso no lo logran”, dijo a 24 HORAS Raúl Sansores, jefe del Departamento de Investigación en Tabaquismo y EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), en el INER.

 

El especialista señaló que de mil personas que visitan cada año la clínica en busca de ayuda, 300 o 400 se inscriben en un programa para dejar de fumar y sólo 35% lo consigue.

 

Terapia, parches, chicles, jugos, libros, agujas y hasta hipnosis son algunos métodos para dejar de fumar; el factor común para el éxito de cada uno de ellos es el mismo: la voluntad de renunciar al cigarro.

 

“Para dejar de fumar cualquier método que funcione es bueno. Si alguien opta por el hipnotismo o las agujas es respetable. Aunque como doctores no promocionamos los procedimientos sin evidencia científica, no estamos en contra de ningún mecanismo que resulte”, dijo.

 

Gabriela Lara, psicóloga en la clínica de tabaquismo del INER, explica que dejar de fumar tiene que ver más con romper con el hábito que con la dependencia a la nicotina.

 

“Es una adicción más psicológica que física, porque muchos a pesar de utilizar sustitutos de nicotina tienen el impulso de fumar sólo por tener el cigarro en la mano.

 

“A muchos les causa depresión desprenderse de algo que los acompañó por años, y necesitan apoyo para entender que esos sentimientos no van a durar y que al final es un beneficio en su vida”, explicó.

 

SOBRAN LOS MOTIVOS

 

A sus 49 años, Marco Antonio Córdoba buscó ayuda para dejar de fumar por enésima vez. Esta ocasión, asegura, es la definitiva porque “estoy bien convencido de que quiero dejar de hacerlo”.

 

“Tengo 35 años fumando. En muchas ocasiones intenté dejarlo, pero sólo lo lograba por unos meses, incluso dejé de fumar por un año, pero siempre recaía pese a saber que me hacía daño”.

 

Marco Antonio encontró un motivo en lo que considera su mayor pasión: hacer ejercicio. “Me gusta mucho practicar deportes, pero ya no puedo hacerlo porque el cigarro afectó mi salud”.

 

Desde hace un mes, Marco Antonio asiste al INER. Ahí, mediante terapia grupal y el uso de parches de nicotina espera controlar su necesidad de tabaco.

 

Caso similar es el de Brian, quien con apenas 17 años busca dejar el cigarro. Hace cinco años comenzó a fumar por imitar a sus tíos, primos y abuelos; según él mismo narra, llegó a consumir una cajetilla diaria.

 

Recuerda que al confesarle a sus papás que fumaba no le recriminaron ni intentaron convencerlo para dejar de hacerlo: “quizás se debió a que en mi familia todos fuman, entonces lo vieron como algo natural”.

 

Como a muchos chicos de su edad, a Brian le gusta el deporte, pero dejó de practicarlo porque ya se sentía agotado y le costaba trabajo respirar. Desde hace tres semanas asiste a terapia en el INER para dejar de fumar.

 

Para Aida Hernández los motivos para dejar el cigarro luego de 13 años son varios. El principal es el reto de lograrlo y el temor a morir de una enfermedad grave, pero además el rechazo por parte de los no fumadores.

 

Un doctor le recomendó un libro y una serie de sustitutos como el chocolate, varitas de orozuz (una raíz de sabor amargo) y jugos antioxidantes para controlar la adicción.

 

A través de la lectura Aida supo de gente que murió por cáncer o perdió extremidades a causa de enfermedades relacionadas con el tabaco, esas historias la conmovieron y le hicieron tomar conciencia sobre “el daño que me estaba haciendo”.  Desde hace un año no fuma.

 

Esteban Hernández tiene 56 años, de los cuales durante más de 40 fumó a diario.   Aunque estaba consciente del daño que hace el cigarro nunca sintió malestares, por eso no intentó dejarlo hasta que su hija se lo pidió.

 

Lo complicado, dice, es romper con una rutina de tantos años, pero está convencido de que “es algo que depende de cada quien, decidir matarte poco a poco o dejar el cigarro y darle más calidad a lo que nos queda de vida”. Hace tres semanas se inscribió al programa del INER.

 

Los hijos también fueron la razón para Rocío Mora, quien decidió hacer a un lado al cigarro, su “compañero” por más de 25 años. A sus 45 años darse cuenta de que dos de sus tres hijos fumaban fue un shock, la hizo sentirse culpable. Hace dos semanas se propuso dejar el tabaco.

 

EL DATO

 

Entre 15% y 20% de los mexicanos fuma de manera habitual
50% está expuesto al humo del cigarro

70% empezó a fumar antes de los 17 años

 

UN HÁBITO COSTOSO

 

15 mil pesos puede llegar a gastar año cada año un fumador

Más de 30 minutos de trabajo se necesitan en México para comprar una cajetilla, según el Atlas de Tabaco 2012, de la Fundación World Lung

0.42% de su gasto corriente destinan cada tres meses los hogares con menores ingresos

0.16% destinan los hogares con mayores ingresos

 

LOS DAÑOS DEL TABACO

 

1 mil 400 millones de personas en el mundo fuman

6 millones de decesos cada año se relacionan con el cigarro en el mundo

165 mexicanos mueren a diario

25 enfermedades asociadas al tabaco

1 mil  400 sustancias contiene un cigarro, aproximadamente 60 son causa de cáncer y 65 son tóxicas

50% de los infartos de miocardio, 88% de los cánceres de pulmón, 80% de los de laringe y 25% de páncreas tienen que ver con el tabaquismo

 

FUENTES: INER, INEGI y UNAM