Limones y aguacates se pudrieron. A principios de mayo estaban listos para ser empaquetados desde Los Reyes, Peribán, Buenavista, Ario, Tepalcatepec y Coalcomán, pero las amenazas de grupos de narcotraficantes y el bloqueo de los grupos de autodefensas lo impidieron. Apenas el martes los habitantes de esas zonas fueron a los campos para recoger las cosechas y empaquetar.

 

Las carreteras y rutas de tránsito y comercio fueron abiertas totalmente por las Fuerzas de Intervención, permanecen bajo vigilancia, pero todavía el abasto de productos en las tiendas no se regulariza.

 

En la comunidad de La Ruana, ubicada en Buenavista, los servicios no se han restablecido, las empresas no han ingresado para surtir las tiendas ni los habitantes han reanudado sus labores habituales, por miedo.

 

“La gente tiene miedo de la reacción de Los Caballeros Templarios, de lo que les puedan hacer, aunque esté el Ejército. Les estamos exigiendo que las fuerzas federales suban a la sierra y los detenga”, comentó a 24 HORAS un vecino de Buenavista.

 

A 10 días de que las Fuerzas de Intervención ingresaran a los municipios de Coalcomán, Tepalcatepec, Apatzingán, Buenavista y Peribán, se espera que hoy se dé a conocer un balance de las operaciones llevadas a cabo que incluirían la detención de personas y la desactivación de laboratorios ilegales, además de reanudarse las tareas cotidianas en la zona.

 

Autoridades federales adelantaron a este diario que uno de los objetivos que se marcaron como prioritarios en la estrategia, y que ya se logró, fue habilitar las vías federales en la zona de la tierra caliente para que se normalizará tanto el abasto comercial, así como la producción de limón y aguacate.

 

Pero en esos municipios la vida cotidiana no ha vuelto a la normalidad, de acuerdo a distintas fuentes consultadas por este diario, los habitantes y empresarios de la región tienen miedo de ser secuestrados o asesinados, al tiempo que desconfían de la efectividad y permanencia de las operaciones del Ejército, Marina y Policía Federal.

 

“Hasta ahora se ve una acción pasiva de parte de ellos (las Fuerzas Armadas y las policías), no se ven operativos de intervención con detenidos ni acciones en la sierra”, explicó un comerciante de la región

 

La producción

 

Arnoldo Contreras, dueño de una empacadora de limón en La Ruana, confirmó a medios locales que habían comenzado a trabajar de nuevo. “Estábamos todo mundo sin trabajar, no podíamos hacerlo, ahora con las fuerzas federales nos sentimos más seguros, pero apenas vamos tomando el ritmo, hay que ver que pasa después”, dijo.

 

Se espera para los próximos días la salida de toneladas de limones que comenzaron a preparar en las casi 20 empacadores de la región, a través de la carretera federal 120 (Tepalcatepec- Buenavista-Apatzingán), la cual según los productores estaba bajo control del crimen organizado y ahora es vigilada por la Policía Federal y el Ejército.

 

Michoacán ocupa el tercer lugar en la producción de este cítrico. El INEGI reportó la producción en esa entidad de 414 mil 562 toneladas.

 

El impacto económico que ha tenido el cierre de esos municipios aún no se mide en su totalidad. El Consejo Nacional del Limón Mexicano reveló hace unos días que, en esos municipios se han dejado de cosechar más de 135 mil toneladas del cítrico hasta la fecha.

 

Un mes completo se dejó de exportar limón y el desabasto en el país provocó un incremento en el precio, incluso en la Central de Abastos se decía “no hay limón y está caro, porque los narcos no dejan sacarlo de Michoacán y se está pudriendo”.

 

Y así fue. En mayo comienza la cosecha más importante de limón y concluye en septiembre. Del aguacate es la época en que se considera de mediana producción. El cítrico resultó el más afectado, porque en esos municipios se cultiva gran parte de la producción del estado. En la fruta el daño fue menor, porque se cultiva en los alrededores a la zona de conflicto, pero utiliza las rutas de comercio.

 

Michoacán es el primer productor de aguacate del país. El año pasado fueron 1.1 millones de toneladas las vendidas.

 

El aguacate se cultiva en 13 municipios, los cuales se han vistos obligados, desde hace más de siete años, a pagar a los grupos de narcotraficantes para poder cosecharlo, empaquetarlo y distribuirlo.

 

El monto de la extorsión se fue incrementando al paso de los años, eso obligó a muchos de los productores en pequeño a vender sus tierras o hasta abandonarlas en las zonas de Uruapan, Zitácuaro y Ziracuarétiro, por ejemplo. Pero el mismo problema sufrían en Los Reyes, Salvador Escalante, Acuitzio, Tacámbaro, Ario, Teretán, Apatzingán, Tacíntaro, Nuevo Parangaricutiro, Peribán y Tingüindín. A pesar de las denuncias, las autoridades federales nunca frenaron esta situación.

 

La recolección del aguacate que se hace en la región de Tierra caliente va hacia Apatzingán y de ahí a Tancitaro. Se trata de aproximadamente 17 mil hectáreas de cosecha que fueron afectadas, por las extorsiones de Los Caballeros Templarios, que tenían dominada la carretera federal 120, que conecta a los municipios de Apatzinga, y desde donde sube por la Michoacán-Uruapan hacia Tancítaro, y de ahí a Uruapan.

 

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