El Banco Mundial (BM) alertó sobre el impacto del cambio climático en las metas de reducción de la pobreza en México. Según sus cálculos, los desastres naturales derivados del fenómeno impedirán que 2.9 millones de mexicanos mejoren sus condiciones de vida en los próximos años.

 

Considerando los índices actuales del crecimiento de la economía nacional, la pobreza se reduciría 34% para 2030, pero si se toman en cuenta los efectos del cambio climático, esta reducción será de sólo 31%, detalló Alejandro de la Fuente, especialista en Desarrollo Social del BM.

 

“La relación entre pobreza y desastres naturales producto del cambio climático es dual: por un lado, los pobres son los más afectados porque generalmente viven en las zonas más vulnerables; además, las pérdidas materiales tienen un valor más alto para ellos, debido a que tienen un capital bajo”, señaló al presentar el informe “Las dimensiones sociales del cambio climático en México”.

 

Al mismo tiempo, los desastres naturales generan carencia, y es que el estudio del BM reveló que la pobreza patrimonial se incrementa 2.5% entre los municipios más pobres después de un desastre natural, mientras que en los municipios más ricos aumenta 1.3%.

 

Estos efectos, denominados como “vulnerabilidad diferencial”, fueron ejemplificados en el reporte del BM con dos huracanes que ocurrieron en una misma temporada afectando a dos zonas distintas del país.

 

En octubre de 2005, el huracán Wilma, de categoría 5, golpeó las zonas turísticas de la península de Yucatán, provocando pérdidas por cinco mil millones de pesos. El 50% de éstas estaban aseguradas. Caso contrario ocurrió ese mismo mes con el huracán Stan, de categoría 1, que afectó zonas pobres de Chiapas, con daños por tres mil millones de pesos; de estos lugares, sólo 10% tenía seguro.

 

“Esta es la muestra de cómo un mismo fenómeno puede afectar de distintas maneras a dos poblaciones según las condiciones en las que éstas se encuentren”, comentó De la Fuente.
APOYO A POBLACIÓN VULNERABLE

 

Alrededor de 70% de los 401 municipios con un grado de riesgo de desastre natural alto viven en condiciones de alta y muy alta marginación; en ellos viven siete millones 466 mil personas, poco más de 7% de la población nacional, señala el reporte del BM.

 

Además, sólo 21% de estos municipios cuenta con un plan de respuesta ante desastres naturales; 60% tiene programas de protección civil y la mitad cuenta con mapas de riesgo y amenaza.

 

Ante esta situación, el organismo internacional recomendó integrar indicadores de vulnerabilidad al cambio climático en los mecanismos de selección para los programas sociales, además de un aumento del soporte financiero y técnico para la reducción de desastres dirigido a los municipios más vulnerables.