BERLÍN. Es el encuentro de dos grandes en el entorno global. Li Keqiang, el primer ministro chino, afirma que “el Made in China se está gestando, mientras que el Made in Germany ya se asentó”. Y ofrece a sus interlocutores germanos: “si nos combinásemos de manera ideal y óptima, seríamos una pareja de ensueño”. Por su parte, el ministro de Economía alemán, Philipp Rösler, se muestra satisfecho por el compromiso de Beijing a una mayor apertura.

 

Keqiang aseguró que su gobierno está comprometido con las reformas estructurales y la progresiva apertura de su economía, asuntos en que precisa la cooperación del exterior. Además, animó a los empresarios alemanes a aprovechar las oportunidades que supone el proceso de modernización e industrialización de China.

 

Por su parte, Rösler rechazó los aranceles punitivos de hasta 47% que impuso la Comisión Europea (CE) a los paneles solares chinos. “No hay necesidad de sanciones”, afirmó el ministro y opinó que ambos países se beneficiarán del libre comercio y la competencia justa.

 

El viaje oficial de Li a Alemania, dentro de su primera gira europea, ha estado marcado por los acuerdos económicos firmados -como con Volkswagen y BMW. Li buscó entrevistarse con el ex canciller socialdemócrata alemán Helmut Schmidt, el primero en viajar a China cuando el país comunista inició su apertura económica a principios de los años 80. La noche del lunes concluyó la primera visita de Li a Berlín con alabanzas a la economía alemana, la apuesta por estrechar la cooperación y conformar una “pareja de ensueño”.