EL CAIRO. Al menos 23 miembros de la milicia chií libanesa Hezbola murieron en la ofensiva lanzada junto con fuerzas del régimen sirio sobre la localidad de Al Quseir, informó ayer el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

 

El grupo destacó, en un comunicado, que se registraron también 70 heridos entre las filas de Hezbola, aliado del régimen, durante los combates que libraron contra los rebeldes sirios para recuperar el control de esa estratégica ciudad de la provincia de Homs (centro).

 

Por su parte, la Comandancia Conjunta del rebelde Ejército Libre Sirio (ELS) elevó a 50 los muertos entre los miembros de Hezbola y a más de 100 los heridos, la mayoría de ellos en estado grave.

 

Los rebeldes destacaron que han “resistido en Al Quseir a pesar de los asedios y los asesinatos”, y han llevado a cabo una serie de operaciones para “defender su tierra de los terroristas de Hezbola”.

 

Asimismo, denunciaron que decenas de ambulancias trasladaron a los milicianos partidarios del régimen sirio a hospitales de las regiones libanesas de Baalbeck y Hermel, en la frontera con Siria.

 

El régimen sirio, apoyado por el grupo chií libanés, comenzó el domingo una ofensiva sobre Al Quseir con una serie de intensos bombardeos aéreos que, según el ELS, mataron a varios combatientes rebeldes.

 

Los insurgentes precisaron que alrededor de 50 proyectiles por minuto cayeron sobre la localidad, cercana a la frontera con el Líbano y ubicada entre Damasco y los feudos del régimen de la costa mediterránea.

 

La red de activistas Comités de Coordinación Local indicó que decenas de milicianos de Hezbola murieron en los combates de Al Quseir, mientras que el ELS atacó posiciones del grupo chií en el territorio libanés de Hermel con misiles Grad.

 

Al Quseir es blanco, desde hace días, de los ataques de las tropas gubernamentales y los combatientes de Hezbola, que -según medios locales- lograron tomar el control del ayuntamiento y restauraron la seguridad en la zona.

 

Grupos de activistas negaron entonces que las tropas gubernamentales controlasen lugares clave de la ciudad y elevaron la cifra de muertos a más de 40.

 

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos dijo que entre los fallecidos había tres mujeres y 21 rebeldes como consecuencia de los bombardeos del régimen con aviones y artillería pesada.