La facilidad con la que los niños, algunos hasta bebés, manejan una tableta y/o un smartphone no ha pasado desapercibida por la industria. Los nativos digitales utilizan estos dispositivos con tal naturalidad que tal parecieran que han asistido a clases particulares. Lejos de esta afirmación, los usuarios más jóvenes han aprendido de sus progenitores, o solos, ya que para los niños es muy difícil imaginar la vida antes de la tecnología. Lo cierto es que algunos lo ven como una herramienta para la seguridad de los más pequeños mientras que para otros resulta algo excesivo, incluso adictivo.

 

La empresa británica OwnFone lanzó un smartphone para niños de cuatro a nueve años hace un año, el 1stfone. Este smartphone no tiene pantalla y únicamente incluye la posibilidad de llamar y recibir llamadas, no accede a internet, juegos, ni apps, etc. Incluso de fábrica se pueden solicitar estos teléfonos para que se diseñen de manera personalizada. El usuario entra en la página web y encarga las características que desea para su modelo: elige el número de contactos a incluir (entre dos, cuatro, ocho o 12). Cada contacto aparecerá impreso en el frontal del teléfono, con la opción de incluir una foto. Después se selecciona el color y el estilo (liso, estampado o con una imagen), y para terminar se elige el nombre que aparecerá impreso en el teléfono y los números de cada contacto, que no se almacenará en el teléfono, sino en un servidor cloud. Una vez configurado desde la web, el smartphone se envía al usuario. El teléfono es del tamaño de una tarjeta de crédito, con un grosor de siete milímetros y 40 gramos de peso.

 

Las críticas no se han hecho esperar, pues algunos señalan que se invita a los niños a un uso demasiado temprano de este tipo de dispositivos, que son innecesarios pues a esas edades siempre están bajo la vigilancia de adultos y no deberían estar en la necesidad de tener que llamar a sus papás por teléfono. Para otros, se está creando una auténtica adicción, como así lo señala un estudio realizado por Common Sense Media que revela que 41% de los adolescentes en Estados Unidos son adictos a su smartphone. Mashable.com publicó el caso de una niña coreana de 11 años que pasaba muchas horas al día ante su smartphone enviando mensajes a sus amigos, y cuidando de su mascota, un hámster digital. O el caso de una niña surcoreana de tres meses de edad que murió después de ser alimentada una vez al día por sus padres, por estar consumidos en juegos en línea. Corea del Sur es una de las sociedades más conectadas digitalmente en el mundo, ya que 98% de los hogares tienen internet de banda ancha y casi dos tercios de las personas tienen un smartphone. Además, el gobierno planea digitalizar todos los libros de texto a partir de 2015, siendo las tabletas la base de toda la escolarización. Eso sí, ofrece programas de asesoramiento y tratamiento psicológico para cerca de dos millones de personas que no pueden dejar de estar jugando en línea en su computadora.

 

Ante esta situación, los especialistas señalan que se debe inculcar a los niños responsabilidad y no restricción. Lo que llama la atención de este smartphone 1stfone es que no sólo está dirigido a niños sino también a los ancianos, especialmente a aquellos que sufren Alzheimer o algún otro tipo de trastorno, ya que la simplicidad del diseño y manejo también está pensada para este tipo de público.

 

Curiosamente, hoy en día, en el que los teléfonos inteligentes hacen de todo por las aplicaciones, incorporando procesadores cada vez más potentes, con pantallas más grandes, este smartphone devuelve la sencillez a los celulares, y sobre todo la función para la que fueron creados: enviar y recibir llamadas.


*Investigadora del Proyecto Internet, Cátedra de Comunicaciones Digitales Estratégicas, Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México. Su cuenta de correo electrónico: amaya.arribas@itesm.mx

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