RÍO DE JANEIRO. El número de armas nuevas vendidas legalmente en Brasil se multiplicó por seis en los últimos ocho años, desde cinco mil 161 en 2004 hasta el récord de 31 mil 500 en 2012, pese a un estatuto adoptado en 2003 que dificultó su compra y su posesión, según cifras oficiales divulgadas ayer por el periódico O Globo.

 

La venta de armas había caído desde 22 mil 269 en 2003 hasta cinco mil 161 en 2004 con la entrada en vigor del Estatuto del Desarme, una legislación que restringió la comercialización y prohibió que personas que no pertenecen a los cuerpos policiales porten armas en la calle.

 

Precisamente estos ciudadanos, que pueden adquirir armas si cumplen numerosas exigencias pero tan sólo pueden tenerlas en sus casas, fueron responsables por 60% de las armas adquiridas en Brasil el año pasado, según las estadísticas de la Policía Federal citada por el periódico carioca.

 

De acuerdo con los datos de la Policía Federal, responsable por el control, entre 2002 y 2012 fueron registradas en el país 183 mil 722 armas nuevas, prácticamente dos a cada hora.

 

Las estadísticas no incluyen el comercio de armas usadas ni las introducidas de contrabando al país ni las vendidas ilegalmente.

 

Según especialistas consultados igualmente por O Globo, el aumento de la compra de armas obedece a la falta de campañas públicas para desincentivar ese comercio y al aumento de la percepción de violencia en algunas ciudades.

 

El Estatuto de Desarme, que en su época fue considerado modelo e incluyó una exitosa campaña para recoger las armas que las personas tenían en sus casas sin registro, elevó de 21 a 25 años la edad mínima en que se puede comprar un arma y exigió del comprador un examen psicológico y una prueba práctica de tiro.

 

La misma legislación encarece la compra de un arma debido a que, entre certificados, declaraciones y exigencias, el interesado tiene que pagar al menos mil reales (unos 500 dólares) para registrar una pistola o un revólver.

 

Según un estudio divulgado este año por el Centro Brasileño de Estudios Latinoamericanos (Cebela) y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), el número de muertes por armas de fuego en Brasil aumentó 346.5 % en tres décadas, al pasar de ocho mil 710 en 1980 a 38 mil 892 en 2010.

 

Si se tiene en cuenta sólo a las víctimas de entre 15 y 29 años, el aumento del número de muertos por armas de fuego fue de 414% en el mismo periodo, al subir de cuatro mil 415 casos a 22 mil 694.

 

El número de muertos creció a un ritmo de 7.3 % anual entre 1990 y 2003, cuando llegó al pico de 39.325, y desde entonces ha caído ligeramente, lo que los especialistas atribuyen al Estatuto del Desarme.