La voz de Alexander Graham Bell fue descubierta en un disco de cartón cubierto de cera que él mismo grabó el 15 de abril de 1885, con la firma “escucha mi voz – Alexander Graham Bell”.

 

El disco permaneció en silencio durante 138 años como parte de la colección de sonidos históricos grabados del Museo Smithsonian.

 

La única grabación de la voz de Bell fue confirmada gracias a la informática, imágenes digitales, una transcripción escrita a mano y trabajo de investigación archivística.

 

Carlene Stephens, conservadora del Museo Nacional de Historia Americana de Smithsonian, vio por primera vez el disco junto a otros 400 artefactos de audio cuando llegó al inmueble en 1974, aunque no se atrevió a reproducirlos por la frágil condición de estos.

 

Stephens decidió guardarlos y esperar a que la tecnología de la reproducción adecuada permitiera conocer el contenido de los artefactos.

 

En 2008, la conservadora del museo se enteró de que científicos del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley en California recuperaron 10 segundos de la canción popular francesa “Au Clair de la Lune” de una grabación de 1860, de las ondas de sonido que se garabatearon en un papel cubierto de hollín, y acudió con ellos.

 

Logró contactarse con Carl Haber en Berkeley y con Peter Alyea, un especialista en conversión digital de la Biblioteca del Congreso. Eligieron seis grabaciones de la selección, e hicieron imágenes en tres dimensiones y ultra-alta definición de los audios.

 

El escáner usado capturó gigapixeles de información de anchura, altura y profundidad de las ranuras, donde se almacena la información de la forma en que suena.

 

Luego utilizaron el sistema IRENE/3D, que mediante un algoritmo convirtieron la imagen en sonido, sin tener que tocar el disco, y ahí descubrieron el contenido de este, donde en la mayor parte de la grabación, se escucha la voz de Alexander Graham Bell con acento escocés diciendo una serie de números y luego algunas cifras en dólares como “tres dólares y medio” y “siete dólares y 29 centavos”.