Rosario Robles comenzó su comparecencia en el Senado con el semblante inquieto. Atrás había quedado el “no te preocupes, Rosario” que le obsequió Peña Nieto el jueves pasado. Sentada en medio de los senadores observaba a quienes tomaban la palabra. Se le veía tensa.

 

La secretaria de Desarrollo Social compareció ayer ante las comisiones de Gobernación, Desarrollo Social y Justicia del Senado, luego de la denuncia presentada por el presidente del PAN, Gustavo Madero, sobre el presunto manejo indebido de recursos públicos de la Cruzada Nacional contra el Hambre en Veracruz para beneficiar a candidatos del PRI.

 

“Nosotros actuamos con mucha claridad y las personas involucradas en los hechos las despedimos y sometimos al órgano interno de control de la Secretaria de Gobernación”, se defendió Robles Berlanga.

 

Y asienta: “Los delegados que renunciaron, todos son del PAN, aquí traigo la relación”, responde.

 

Los senadores del PRI aplauden mientras los perredistas y panistas hacen anotaciones. David Monreal, senador del PT, toma el primer turno. “Pretende erradicar el hambre a través de la compra de votos”, acusa. Rosario se quita el suéter y aprieta las manos, mientras observa atentamente a Monreal.

 

Pablo Escudero, militante del Partido Verde Ecologista y yerno de Manlio Fabio Beltrones, entra a escena y celebra “el cese de funcionarios implicados”. Robles Berlanga aprueba con la cabeza la participación del senador verde.

 

Melancólico, Alejandro Encinas se enfrenta con una vieja conocida: “Ya mucho tiempo sin vernos. Han cambiado muchas cosas”, le dice el perredista antes de pasar al ataque. “La Cruzada busca el control de los pobres y no de la pobreza, esta película ya la vi, con un PRI lucrando con la pobreza”, declaró.

 

La panista Adriana Dávila lee su discurso velozmente: “Los recientes hechos demuestran cuán falso es el discurso, ni quieren combatir el hambre ni ayudar a los pobres, sino ganar las elecciones de 2013. Usted no tiene autoridad moral para dirigir la política social”, afirma, mientras sube el volumen de su voz.

 

“Estamos discutiendo el hambre de millones de mexicanos, en ese debate todos somos bienvenidos. Nosotros hemos actuado con la mayor de las transparencias”, asegura Robles. “A mí no me va a temblar la mano y se los prometo y se los aseguro, funcionario que se involucre en actos electorales será despedido y sometido a los órganos de control”.

 

La pelea ahora es entre los senadores. Esto provoca que Robles bromee a lo lejos. Gesticula sonriente y saluda con la mano. Rosario ya no está preocupada.

 

Javier Corral, senador panista revira: “No vas a poder cumplir que no se use Sedesol en elecciones, pues para eso está diseñada la llamada Cruzada contra el Voto”.

 

Los senadores se peleaban por preguntarle e intervenir en la comparecencia. Se pararon, se quitaron el saco, contestaron posturas contrarias a sus ideas mientras Rosario esperaba sonriente,  dejando que los senadores se pusieran de acuerdo.

 

Al final, la perredista Lorena Cuéllar Cisneros leyó la conclusión de la comparecencia, la cual no fue compartida por los senadores priistas: “Ante sus insuficientes argumentos, se propone se constituya una comisión especial que investigue los hechos y exija, de encontrarse responsables, la remoción de los funcionarios”. A esto se sumó la propuesta de creación de un Observatorio Ciudadano para vigilar la Cruzada contra el Hambre, ambas se presentarán el jueves en el Pleno del Senado.

 

Por su parte, Robles se levantó, tranquila y con un rostro de quien ha cumplido una exposición exitosa. “No tengo por qué renunciar, porque no he hecho algo indebido, ni estoy en los videos, ni estoy en los audios”.