CARACAS. Este viernes asume como presidente de Venezuela Nicolás Maduro en una sesión de la unicameral Asamblea Nacional. Asisten mandatarios de la mayor parte de América Latina y naciones con las que el gobierno mantiene relaciones, aunque los diputados de la oposición anunciaron que no estarán presentes. La ceremonia de investidura ocurre en medio de la violencia postelectoral tras el estrecho margen de votación (1.8%) entre Maduro y el opositor Henrique Capriles y que ha dejado un saldo de ocho muertos y más de 60 heridos.

 

Esto ocurre también en medio del fuerte intercambio verbal entre John Kerry, el secretario de Estado norteamericano, y el presidente encargado Nicolás Maduro. El miércoles el estadunidense manifestó que su país aún no está listo para reconocer la victoria del oficialista y apoyó el recuento de votos.

 

En respuesta, Maduro reclamó al jefe de la diplomacia estadunidense: “¡Saque usted sus ojos de Venezuela John Kerry!¡Fuera de aquí!”, mientras agregaba: “¡No reconozcan nada, no nos importa su reconocimiento, hemos decidido ser libres!”. Un día después, Kerry insistió en la conveniencia de un recuentos pero pidió que no se “cierren las puertas” entre Washington y Caracas.

 

Ambos países mantienen una relación diplomática deteriorada, por lo que durante una audiencia ante el Senado de su país, Kerry manifestó: “Nuestra posición es que esa auditoría sería un importante primer ingrediente para brindar confianza a toda la comunidad de naciones interesada en ese resultado”.

 

La víspera de este viernes, mientras el opositor Capriles aguarda la respuesta a su petición, el país aguardaba entre advertencias de infiltrados en protestas y denuncias, a la toma de juramento de Nicolás Maduro. Capriles escribió la tarde del jueves en su cuenta de Twitter: “ALERTA grupos del gobierno vestidos o con afiches nuestros quieren generar violencia. No caigan en provocaciones”. A su vez, Maduro escribió: “Felicito al pueblo de Venezuela por su valentía y coraje por enfrentar el chantaje fascista. Sólo el pueblo garantiza la paz y la democracia”.

 

El estrecho margen entre Maduro y el líder opositor Henrique Capriles, de 1.8 %, llevó a la oposición a pedir el recuento de los votos, pues desconoció el triunfo del presidente en funciones. Ese conflicto derivó en incidentes en todo el país.

 

El jueves, Capriles Radonski formalizó ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) la solicitud para que se realice una nueva contabilidad de votos. Carlos Ocari, jefe nacional de su campaña, afirmó que la petición contempla revisar “boletas, acta, máquinas, huellas y cuadernos” y que así se le manifestó a la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, quien prometió responder “con la celeridad posible”.

 

Ese mismo día, Maduro viajó a la capital peruana adonde se realizó una reunión extraordinaria de jefes de Estado de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en la que se discutirá la situación política de Venezuela. Este encuentro fue convocado por el presidente de Perú, Ollanta Humala.