Con la misma pasión y entrega que imprime a cada una de sus presentaciones, el flautista mexicano Horacio Franco celebró anoche sus 35 años de trayectoria, en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, que se llenó de aplausos y flores para unirse al gozo de quien es considerado uno de los más importantes músicos del país.

 

Batuta el mano, Franco cumplió su sueño de dirigir la versión original y completa de “La pasión según San Juan” (1724), de Johann Sebastian Bach, a cargo de la Capella Barroca de México, que ejecutó instrumentos originales de la época.

 

Como invitados, la mezzosoprano Nurani Huet y el violagambista Guillermo Martínez, completaron el elenco de poco más de 40 artistas que hicieron gala de virtuosismo durante la velada, coronada por un Franco entusiasta y emocionado.

 

Fue un concierto especial, en el que Franco no puso a contender su calidad de ejecutante con la que tiene como director de orquesta, más bien puso de manifiesto su calidad de músico completo, carismático y de gran humanismo, a quien no le hace falta vestir de etiqueta para imponerse en el podio.

 

Su bien conocida imagen que lo relaciona visualmente con algún artista pop salió al escenario a penas pasadas las 19:00 horas para atacar con brío su encomienda; dirigir una pieza profunda de quien considera el más grande genio de la historia de la música: Johann Sebastian Bach.

 

“Es una pieza que transmite mucho amor infinito, que va dirigida al cerebro, al ser humano, a la sabiduría, a Cristo, a los placeres de la vida y las emociones. Me gusta porque muestra la esencia de Bach, un ser muy sensual, religioso, monolítico, tierno e impresionante de principio a fin”, había comentado unos días antes al anunciar el recital que tuvo gran aceptación entre la concurrencia.

 

Aplausos entusiastas y gran número de flores desfilando por el escenario dieron cuenta de ello, ante un Franco emocionado, que agradeció al público con un encore a cargo de su flauta, esa que lo ha llevado por diversos países del mundo, haciendo derroche de sensibilidad y talento.

 

Cabe decir que ésta fue la primera vez que la obra de Bach se presentó de manera completa en México a cargo de un grupo de música barroca, con instrumentos originales de la época, entre los que destacaron los oboes, flautas, viola de gamba y chelo, y que también fueron ampliamente aplaudidos.

 

Franco cuenta con más de 25 grabaciones en México y otras en países de Europa e Israel; con los que ha viajado por el mundo.

 

Se inició en la flauta a los 14 años como solista de la Orquesta de Cámara del Conservartorio, aunque había sido desde los 11 años que la música de Mozart lo había llevado a esta disciplina que, considera, “refleja su pasión por la música y la vida”.