Cifras que más que imponer respeto, desatan pavor. El Bayern Múnich no sólo metió nueve goles a un rival que se encuentra a mitad de tabla en el torneo alemán, sino que además lo hizo sin alinear a algunos de sus elementos estelares; es decir, con cuadro alternativo propinó al Hamburgo una goleada de escándalo.

 

Para dimensionar lo hecho por el club muniqués, basta con entender que el delantero reserva del reserva, clavó cuatro tantos. El veterano peruano Claudio Pizarro es hoy por hoy la tercera y remota alternativa para iniciar como ofensivo (detrás de Mario Gómez y Mario Mandzukic) y así respondió a su atípica titularidad.

 

Los números del Bayern en la presente edición de la Bundesliga superan incluso a los del Barcelona en España o Manchester United en Inglaterra. 72 puntos de 81 disputados con 78 goles a favor y apenas 13 en contra. Su plantel no envidia nada a ninguno del continente. Su portero, Manuel Neuer, es el titular de Alemania; en su defensa se encuentran nombres como Philipp Lahm, Jerome Boateng o David Alaba; en la media presume a elementos como Javi Martínez, Toni Kroos, Franck Ribery o Bastian Schweinsteiger; y arriba aglutina tanta pólvora como la garantizada por Mandzukic, Gómez y Pizarro, más Arjen Robben y Thomas Mueller: un auténtico trabuco.

 

Y, por si algo faltara, en unos meses asumirá su dirección técnica Josep Guardiola. Parece paradójico que Pep dejara el timón blaugrana quizá por percibir que el listón ya estaba demasiado alto, y que ahora vaya a incorporarse a otra institución en similar circunstancia.

 

Es un plantel completísimo, diseñado con verdadero talento y con genuinos argumentos para ser considerado favorito en la presente Champions League. Uno de los responsables es el entrenador que vive sus últimas semanas, Jupp Heynckes, pero también corresponde mérito al director deportivo, Matthias Sammer, quien declarara el sábado en plena borrachera de alegría: “Las últimas semanas nos habíamos vuelto un poquito humanos… pero ahora quisimos volver a ser máquinas”.

 

Este martes el Bayern enfrentará a la Juventus italiana en la ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones. No será lo mismo que enfrentar al Hamburgo, pero el equipo turinés tiene claro que su misión implica frenar nada menos que a una aplanadora en la que el segundo reserva es capaz de meter cuatro goles y sin necesidad de ser arropado por los demás titulares.

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